Palabras del comandante David el día 1 de enero del 2003


Por mi voz habla la voz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Hermanos y hermanas:

Vamos a dirigir unas palabras para todos los que forman parte en las filas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Compañeros y compañeras bases de apoyo y representantes de los pueblos y regiones presentes en esta gran manifestación.

Los saludamos a todos y a todas por su decisión y valentía de haber movilizado sin importarles las consecuencias.

Compañeros y compañeras zapatistas de todos los pueblos, de todas las regiones y donde quiera que se encuentren pero que no pudieron estar presentes en esta manifestación por muchas razones, los saludamos.

Y les deseamos que sigan adelante con firmeza en nuestra lucha. A los compañeros y compañeras combatientes insurgentes e insurgentas y milicianos de todos los frentes y sus respectivos mandos militares, a nombre del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN los saludamos combativamente y nuestras felicitaciones especiales por haber cumplido 19 años de nacimiento y ahora nueve años de guerra, les deseamos que sigan firmes en sus convicciones y en su moral revolucionaria.

Saludos especiales a nuestros compañeros y compañeras bases de apoyo quienes han resistido los golpes políticos, económicos e ideológicos del gobierno. Quienes han sufrido y resistido las presiones y agresiones de los militares y paramilitares. Quienes han sufrido los desalojos, las persecuciones, encarcelamiento y la caída de alguno de sus familiares en esta lucha.

Saludos a todos los compañeros y compañeras zapatistas civiles donde quiera que se encuentren, en el campo, en las ciudades y en cualquier estado de nuestro país y en otros países del mundo.

Compañeros y compañeras:

Como todos ustedes saben desde que los poderes ejecutivo, legislativo y judicial aprobaron una ley en contra de los pueblos indios de México, nosotros los zapatistas la hemos rechazado esa ley y por eso hemos vivido una etapa de silencio y de resistencia y llevamos casi dos años de silencio en señal de nuestra indignación por la traición de los poderes gubernamentales.

Y lo que han hecho esos poderes y sus aliados es aprovechar nuestro silencio para decir un montón de mentiras y calumnias.

Han preparado estrategias políticas y económicas contrainsurgentes, disfrazándola de proyectos de desarrollo para los pueblos indígenas. Pero en realidad esos apoyos que dicen con lo que tanto se alaban los gobiernos actuales, no son mas que puras migajas como siempre, pero no es ninguna solución de la miseria en que vivimos y menos sea una respuesta de las justas demandas de los pueblos indígenas.

Nuestro silencio han usado para decir que los zapatistas ya estamos acabados, que estamos divididos, que los dirigentes ya se rindieron o se vendieron y que el mando ya se quedó solo y que los pueblos zapatistas ya se fueron con el gobierno.
Y todas estas mañas de los gobiernos y los partidos han usado para confundir a los pueblos. Para debilitar la lucha y la resistencia indígena; por eso para contentarnos y conformarnos ofrecen palabras y pequeñas ayudas para unos cuantos pueblos. Para luego decir que ahora sí ya estamos en paz, porque los zapatistas ya aceptaron apoyo del gobierno y abandonaron las filas del EZLN.

Entonces, ¿quiénes son los que estamos aquí presentes? A poco no son zapatistas los miles de hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos que están aquí reclamando y las decenas de miles que se quedaron en sus pueblos por no haber conseguido dinero ni transportes para llegar a esta manifestación.

¿Acaso estos miles de hombres, mujeres, jóvenes, ancianos y niños combatientes zapatistas están dispuestos a rendirse?

¿Acaso están dispuestos a humillarse ante quienes durante siglos nos han humillado y despojado de nuestra riqueza, nos han discriminado, olvidado y pisoteado nuestra dignidad?

Les pregunto compañeros: ¿están dispuestos a rendirse?

¿Acaso ustedes compañeros y compañeras están dispuestos a venderse por migajas y traicionar así la sangre de nuestros caídos y de nuestros héroes y mártires?

Les pregunto compañeros: ¿están dispuestos a venderse?

¿Acaso están dispuestos a dejar la lucha mientras no hemos logrado nada la solución real de nuestras justas demandas?

¿Acaso están dispuestos a vender su dignidad y dejar como herencia a nuestros hijos sólo hambre, miseria y olvido?

Compañeros y compañeras:

Hoy, al cumplir 9 años de nuestro levantamiento en armas y después de romper el silencio que tuvimos por casi dos años, ha llegado la hora de hablar una vez más y decir la verdad de que nosotros los indígenas zapatistas no nos levantamos en armas para pedir limosnas o para que se sigan burlando de nosotros como hasta ahora nos hacen los gobernantes al ofrecernos mentiras y migajas para comprar conciencias.

Nosotros los pueblos indígenas zapatistas no necesitamos que el gobierno nos apoye con changarros o que nos manden alimentos caducados. Lo que pedimos y exigimos los zapatistas es que reconozcan constitucionalmente los derechos, la autonomía y la libre determinación de todos los pueblos indígenas de México. Exigimos que nos traten con igualdad y justicia.

Por eso no aceptamos que se burlen de nosotros o que por lástima nos ofrezcan sus migajas o sus basuras. Nosotros los indígenas zapatistas somos empobrecidos, pero no somos limosneros ni delincuentes. Somos rebeldes contra las injusticias y el olvido. Tenemos dignidad y tenemos la razón de luchar por nuestros anhelos.

Y esto queremos que lo entienda todo el mundo, que los indígenas no somos animales para que los ricos y poderosos nos tiren sus basuras. Sino que somos pueblos con larga historia.

Por eso estamos dispuestos a seguir la lucha hasta ver que en los pueblos indígenas y en toda nuestra patria seamos respetados. Y tomados en cuenta como pueblos y como ciudadanos con todos los derechos.

Les queremos decir a todo México y el mundo, que estamos atentos a lo que resulte de la iniciativa que lanzamos hace unos días en voz del supmarcos. Es una iniciativa arriesgada pero pensamos que vale la pena intentarla por el bien de todos, porque es todavía una iniciativa de solución pacífica.

Estamos intentando abrir una puerta donde los políticos mexicanos nos encerraron. Sobre eso y otras cosas seguiremos hablando a través de nuestro vocero que es el Subcomandante Insurgente Marcos.

Compañeros y compañeras:

Queremos decirles que nuestra lucha apenas ha comenzado. Por eso, en este noveno aniversario de nuestro alzamiento, venimos a este centro de explotación que es San Cristóbal de las Casas, para manifestarnos y a decir la verdad. Para esto tuvimos que atravesar retenes y romper cercos militares, para venir a decir que aquí estamos.

Y aquí estamos con palabras sinceras y verdaderas, reafirmamos nuestro compromiso de seguir nuestra lucha por democracia, libertad y justicia para todos.

Compañeros y compañeras:

Desde el 1 de enero de 1994 prendimos una pequeña luz de rebeldía y de dignidad y esa luz la han querido apagar los poderosos. Pero no han podido, ni nadie la podrá apagar porque es la luz de la esperanza para los pueblos indios y no indios de México y del mundo.

Esa luz simboliza hoy nuestra fuerza y nuestra protección en esta larga lucha por democracia, libertad y justicia.

Por eso hoy esa luz hagámosla grande y fuerte para que los pueblos y las naciones vean que la mantenemos viva esa luz de la rebeldía zapatista.

Compañeros y compañeras:

Enciendan sus luces.

¡Vivan los compañeros caídos!
¡Viva el Ejército Zapatista de Liberación Nacional!
¡Vivan los pueblos indios de México!
¡Vivan los pobres de México!
¡Vivan los rebeldes de todo el mundo!
¡Viva la vida!
¡Muera la muerte!

Desde las montañas del sureste mexicano.
Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.



México, 1 de enero del año 2003.