28 marzo. Subcomandante Marcos, afuera del Congreso de la Unión.

Nuestra palabra para todas y todos.

Mensaje del Subcomandante Insurgente Marcos ante la sociedad civil congregada frente la Cámara de Diputados.

Queremos decirles que con este acto, y me refiero a este acto en el que estamos ahorita, culminamos una movilización iniciada con la Quinta Declaración de la Selva Lacandona.

Una movilización que empezó en 1998 y que en 1999, hace dos años, en marzo, alcanzó uno de sus brillos más grandes con la consulta.

Queremos agradecerles a las tres millones de personas que ese día votaron por los reconocimientos de los derechos y la cultura indígena.

Gracias a los que se movilizaron entonces y gracias a los millones que ahora se están movilizando.

Quiero dar gracias especiales a mis compañeros jefes, los comandantes y comandantas del Comité Clandestino Revolucionario Indígena.

Queremos agradecer también un saludo muy lejano en distancia, pero muy cercano en nuestro corazón, para nuestros pueblos zapatistas, para las bases de apoyo, los hombres, mujeres, niños y ancianos del EZLN.

Queremos saludar también especialmente a los compañeros insurgentes e insurgentas, y especialmente a una insurgenta que fue la arquitecta que nos puso aquí, en esta ciudad, para hacer lo que pudiéramos hacer junto con ustedes.

Queremos agradecer también a los hermanos indígenas de todos los rincones de la República que vinieron hasta acá, a la gente de la sociedad civil de Chiapas, Oaxaca, Puebla, Veracruz, Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, el estado de México, Morelos, Guerrero, el Distrito Federal y la ciudad de México, que nos acompañó a lo largo de esta última fase de movilización que se llamó la Marcha del Color de la Tierra.

Queremos darles las gracias... ya acabamos. Mañana vamos a empacar nuestras mochilas y salimos de regreso a nuestro lugar.

Queremos decirte una cosa, queremos pedirte que vayas a tu casa, a tu trabajo y le digas a tus amigos, a tu familia que, gracias a ti, un niño que se llama Pedro, Pedrito le decimos, va a poder regresar a su casa después de seis años y un mes de vivir en la montaña.

Gracias a ti, la comunidad indígena tojolabal de Guadalupe Tepeyac va a dejar de tener como apellido ""en el exilio"" y ahora va a volver a ser nuevamente sólo Guadalupe Tepeyac, la zapatista.

Queremos agradecer también a los artistas e intelectuales que nos ayudaron organizando este acto: al maestro Oscar Chávez, al maestro Gabino Palomares ?ahí por la radio dijeron Gabino Barrera, algo te saben? y a todos los que nos han ayudado, como dice esa canción de Oscar Chávez, que accedió a mi solicitud que la cantara, que "junto con ustedes pudimos poner el mundo de otro modo, pero no se ha acabado de acomodar, va a haber que hacer muchas cosas para que acabe de caer bien, pero ya cuando menos no está como estaba antes"". Nos vamos.

Ya podemos regresar, hermanos del Congreso Nacional Indígena; no llevamos las manos vacías, las llevamos llenas de todas las manos que estrechamos, las manos que saludamos de cerca o de lejos, las manos que se trenzaron en los cinturones para protegernos, las que se esforzaron por preparar nuestros alimentos, las que construyeron y habilitaron los lugares donde pernoctamos, las que nos escribieron letras y palabras de apoyo y aliento, las que nos cuidaron en las noches y en las madrugadas, las que se hicieron puño aquel 11 de marzo de este año, en el Zócalo capitalino; las que se indignaron cuando la tozudez de unos cuantos pretendió cerrar la puerta del diálogo; la que votó sí en la sesión del día 22 de marzo, en las cámaras de Diputados y Senadores; las que no vimos, pero se crisparon con angustia compartiendo la nuestra y ahora aplauden compartiendo nuestra alegría. Llevamos las manos llenas de sus manos y las manos, ¡es sabido!, son las figuras que suelen tomar los corazones cuando se encuentran.

Gracias hermano, gracias hermana, gracias compa, gracias banda, gracias mano, gracias ñero, gracias ñera, gracias papá, gracias mamá, gracias hijo (ganas tienes), gracias hija, gracias tío, gracias tía, gracias cuñado, gracias cuñada, gracias primo, prima, sobrino, sobrina, madrina, ahijado y ahijada.

Gracias, México. Nos vamos, de veras.