PALABRA DE LA COMANDANTE ESTHER EN EL ZÓCALO

Hermanos y hermanas de la Sociedad Nacional e Internacional

Hermanos y hermanas del Congreso Nacional Indígena

Hermanos y Hermanas a todos los que nos acompaña de esta marcha

A nombre de mis compañeras de esta delegación. Por mi voz habla el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Llegamos hasta aquí para decir la verdad, nosotras las mujeres zapatista traemos la voz sencilla y verdadera de los pueblos de México.

Tuvimos que cruzar cerros y montañas para llegar hasta aquí porque el mal gobierno no nos han hecho caso de nuestro dolor, han pasado muchos años que nos tienen en el olvido, despreciada, discriminada, marginada y oprimida. Nos han tratado como objeto y siempre no nos han visto como seres humano.

Principalmente a las mujeres mueren por partos, ven sus hijos morir en sus brazos por falta de anteción médica porque en los pueblos indígenas no hay centro de salud y si hay no recibimos trato ingenuo como persona, ponen la medicina un rato y un doctor cuando llega un funcionario del gobierno y llegan los medios de comunicación para dar una imagen que hay atención de salud en los pueblos indígenas y así manipulan la información.

Nosotras las mujeres sufrimos 3 veces más uno por ser mujer, dos por ser indígena, tres por ser pobre. Para poder sobrevivir tenemos que trabajar desde niña y de grande ayudamos a nuestros compañeros y trabajar desde niña y de grande ayudamos a nuestros compañeros y trabajamos más duro para la atención de nuestra familia y tenemos que atender a nuestra choza y a nuestros hijos, nos vemos obligada para hacerlo porque sino moriríamos de hambre, porque nuestra poca producción que vendemos nos pagan muy barato mientras lo que compramos están caro: la medicina, la ropa, nuestras herramientas y otras cosas más.

Vivimos este sacrificio en sangre y en vida sin esperanza y para no morir de rodillas y limosneando tomamos la decisión de organizarnos con rebeldía para pedir lo que nos hace falta, nuestros derechos. Y lo que encontramos como respuesta de nuestra demanda fue la persecución, la cárcel, la humillación pero no pudieron reír viéndonos rendidas.

Ahora nosotras las mujeres zapatista estamos más organizada , tenemos trabajos colectivos, en nuestra organización ocupamos diversos cargos, con alto grado de responsabilidad y autoridad.

Por eso ahora que estamos aquí no es que venimos a ponernos de rodilla ni implorar ni que nos tengan lástima, no queremos changarro, vocho ni tele, queremos que se nos reconozca nuestro derecho como indígena y como mujer.

Les hacemos un llamado a todos los hombres y mujeres indígenas y no indígenas, para que luchemos juntos es tiempo que nuestros derecho se escriba en la Constitución Mexicana porque es necesario para que construya un México de igualdad y más humano.

Adelante pues con nuestra lucha, no permitamos más engaños.

Les decimos al gobierno que ya no pongan más traslapes por nuestro dignidad indígena. No descansaremos nosotras las mujeres porque nadie más vendrá por nosotras.

¡Nunca más un México sin las mujeres!

¡Democracia!

¡Libertad!

¡Justicia!

Comité Clandestino Revolucionario Indígena

Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

México, Distrito Federal.

11 de Marzo 2001.