Ejército Zapatista de Liberación Nacional. México, 1 de septiembre de 1996.

Al: Señor Ernesto Zedillo Ponce de León

Señor Zedillo:

Acabo de escuchar su segundo Informe de Gobierno. Esperamos, inútilmente, alguna señal que nos indicara su disposición seria a lograr la paz. De hecho, su discurso de hoy está bastante alejado de lo que declaró a la televisión el día 30 de agosto de 1996, y muy cercano al discurso del 5 de febrero de 1995, que precedió a la traición de este año. Tal vez han vuelto a su lado los que le aconsejaron la solución militar en 1993. Tal vez nunca se alejaron de usted. En todo caso, lo que le aconsejaron en esos días, y ahora le reiteran, no contempla el avance de este país, sino su descomposición total. ¿Les hará usted caso de nuevo?

Nosotros no queremos ni el poder ni su puesto de usted. Es más, no nos importa si ahí está sentado usted, el PRI, el PAN, el PRD, el PT o el ERP-PRDP. Como quiera lucharemos por democracia, libertad y justicia.

La delegación que usted mandó a representarlo en el diálogo de San Andrés ha tratado con desprecio, racismo y prepotencia a nuestros jefes indígenas, ha hecho todo lo posible por retrasar el diálogo y por no llegar a soluciones, no ha hecho ninguna propuesta seria para llegar a acuerdos, y los ya logrados no se han cumplido. Su delegación ha logrado que la mesa de San Andrés tenga un nuevo fracaso que puede ser definitivo. Nuestra gente no puede seguir en el diálogo que han impuesto sus enviados. Estamos dispuestos a la paz, pero no a la que pretende su delegación. Nuestra paz es otra paz; es una de la que estemos orgullosos nosotros y nuestros hijos.

Si usted no sabía de esto y realmente quiere la solución justa y digna, como la queremos nosotros, entonces haga algo. Si usted ya lo sabía y de hecho ésa era su estrategia para esperar el momento oportuno para la vía militar, pues ni modos. Parece que han logrado el clima de terror que necesitaban y, es seguro, consideran que ya tienen el respaldo de la opinión pública nacional e internacional para atacar a los zapatistas. Si es así pues entonces nos vemos en el infierno.

Vale. Salud y buen viaje a Bolivia. Dicen que hay todavía gente que cree que ahí mataron al Che.

Desde las montañas de Numancia.

Subcomandante Insurgente Marcos.

P.D. Si no somos delincuentes ni terroristas, entonces ¿por qué condenan a los presuntos zapatistas como si fueran delincuentes.