A: La Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa).

México.

Señores legisladores: Hace unos minutos, y a través de una transmisión radial, pude escuchar la respuesta de ustedes a la carta que, con fecha del 18 de mayo de 1996, les envié. Les agradezco que se hayan dignado responder y que lo hayan hecho con tanta celeridad. Eso habla de que su interés por solucionar la crisis actual no ha decaído.

Quisiera señalarles tres hechos: 1.- Los señores Javier Elorriaga y Sebastián Entzin, acusados de pertenecer al EZLN, siguen presos, condenados por terrorismo. A pesar de todas las declaraciones emitidas, para cuando menos uno de los poderes de la Unión (el Judicial en este caso), el EZLN es una organización terrorista.

2.- La movilización militar en las regiones Selva, Altos y Norte de Chiapas ha crecido ostensiblemente en los últimos días y se ha hecho particularmente severa en las últimas 24 horas. Pueden corroborarlo personalmente.

3.- No hay condiciones políticas para que avance el proceso de paz. La situación de ingobernabilidad en el estado es patente: las guardias blancas siguen actuando en completa impunidad, un botón de muestra es el grupo paramilitar llamado Los Chinchulines, cuyas acciones han provocado muertes y el éxodo de familias de indígenas que temen una agresión.

Por lo tanto, les reitero todo lo dicho en la epístola del 18 de mayo de 1996: es indispensable un nuevo marco jurídico que resuelva no sólo este problema, sino que además imposibilite, definitivamente, que se presenten obstáculos al proceso de diálogo y negociación. Es evidente que no hay condiciones físicas, militares y políticas que posibiliten un encuentro personal entre la Comisión de Concordia y Pacificación y miembros de la dirección del EZLN. Seguiremos esperando que hagan su mejor esfuerzo para posibilitar este encuentro y allanar el camino de la paz. Estamos de acuerdo en que este medio, epistolar y público, sea por el que nos comuniquemos en las actuales circunstancias. Es todo.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante insurgente Marcos.

México, mayo de 1996.