Discurso del Subcomandante Insurgente Marcos

Aguascalientes, Chiapas, 14 de octubre de 1994.

(Transcripción de Fuenteovejuna con base en cintas grabadas durante la sesión de la CND. Entre corchetes las palabras que no se entienden).

En el parte de guerra hemos dado a conocer a todos nuestra esperanza y la bronca que tenemos ya. Vamos a hacer algunas precisiones sobre las intervenciones que ha habido sobre lo que ha pasado en la Convención, sobre la presidencia de la Convención después del día 9 de agosto de 1994 hasta ahora.

Algunas precisiones sobre los saludos que llegaron del exterior, a un desplegado que salió firmado por varios partidos socialistas europeos [...]. Este desplegado, este comunicado, pide la salida del ejército mexicano de Chiapas. Esto no va a ser posible, porque aquí el único ejército mexicano es el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

En lo que fueron los resolutivos de la reunión que tuvieron en San Cristóbal el 10 y el 11 y hemos también recibido comunicaciones de protesta por el comunicado que enviamos el día 6 de octubre y que creo que se publicó el día 8 de octubre, sobre todo por miembros de la presidencia que están en el Partido de la Revolución Democrática. Hemos tenido que soportar estupideces que andan en boca de algunos delegados, que dicen que el EZLN está dividido, que ahora está la línea dura, que Marcos no fue el que redactó el comunicado del día 6, que estaba arrestado, es más, que Marcos sí está de acuerdo con la presidencia y con la "elogiable" dirección que el PRD ha hecho en la CND. Y pues venimos aquí a decirles que no es cierto. Yo redacté ese comunicado, estamos todos de acuerdo con él; podemos hacerlo más duro si quieren, para que entiendan más claro. Y entonces queremos precisar sobre eso, sobre ese punto.

Nosotros estamos al borde de la guerra. Nosotros les hemos advertido desde el 8 de agosto que, si se desata la guerra otra vez, no la van a tener nada más en Chiapas. De una vez abandonen la posición de convertir a la CND en un comité de solidaridad con la lucha del pueblo chiapaneco. Esto no es Centroamérica, es México.

Voy a tener que ser particularmente duro precisamente para dar respuesta a esas imbecilidades sobre la lucha de tendencias dentro del ejército zapatista, que además abiertamente a mí me ponen como de la línea blanda.

Nosotros hemos hecho una propuesta sobre cuál debe ser el programa de lucha de la Convención y una propuesta sobre los criterios de cómo debe ser designada la presidencia.

1.     La historia de la presidencia de la CND

Yo les voy a contar la historia de la presidencia. Esta historia la conoce la Comisión Nacional Organizadora y me extraña que haya guardado silencio respecto a ella, tal vez para hacerse cómplice ahora de los ataques que preparan en sus periódicos y en sus revistas en contra nuestra.

El problema de la presidencia es qué es lo que iba a presidir. No podíamos elegir una presidencia para presidir algo que no estaba definido. El problema también era que decir quién iba a estar en la presidencia era hacer una bronca grande sobre quién representaba a quién y qué grupos iban a estar y que si la ultra, que si los reformistas, que si los electoreros, que si los revolucionarios preclaros y lúcidos, y toda la mierda que volvieron a repetir ahora en San Cristóbal, sobre todo  en la mesa en la que hay más quejas, que es la mesa del centro, la del Distrito Federal dicho sea de paso.

Por cierto, tres personas del Distrito Federal: una de ellas se dedicó el día de ayer a tratar de convencer a las bases de apoyo de Guadalupe Tepeyac que era mejor rendirse, que había que llegar a un acuerdo con el gobierno, que el ejército federal era muy poderoso y que no íbamos a poder como estábamos nosotros. Aquí ustedes son bienvenidos, es su casa como les dijo Tacho el 8 de agosto, pero aquí hay una palabra que está prohibida que es la palabra rendirse. Entonces ajustes de cuentas entre ustedes, en esas pendejadas, ahí sí; porque no vamos a permitir que vengan aquí a desmoralizar a la gente o a decirle mentiras; eso pueden hacerlo en el auditorio Che Guevara o en el Zócalo de la Ciudad de México, o en su Convención, pero aquí no pueden venir a hacer eso, les digo claro.

Lo otro: dos gentes se metieron por este lado, se quisieron hacer los guerrilleros y vinieron a salir por aquí en lugar de venir por donde tenían que entrar y pues se chingaron, llegaron todos rasguñados ‑los pueden identificar, el que esté rasguñado y sangrado ése es el que se metió por ahí. No hagan eso, pues, la guerra no es juego. Están en un territorio en guerra, cualquier guardia que se equivoque y piense que son soldados que se están metiendo les van a meter un balazo. Entonces por favor respeten las medidas o las disposiciones que dan al territorio donde llegan; ustedes llegan a una casa y el que los invita les dice «Pues aquí está el baño y acá está el jardín». No se van a ir a hacer sus necesidades al jardín y a visitar el baño. Entonces por favor les digo, si les marcan por favor un espacio les pedimos que lo respeten.

Bueno, entonces ése es el problema de la presidencia. Entonces se propone que sea el Ejército Zapatista de Liberación Nacional el que haga la propuesta, de una u otra forma se dice «Si lo dice el EZLN nadie va a discutir o nadie va a hacer propuestas», porque era la primera. Entonces a nosotros nos proponen una lista, nosotros hacemos una propuesta y decimos «Dos por cada estado, para que tengamos garantía de que a todos los estados llega la palabra de la Convención, y 36 para llenar el 100», el número redondo. Treinta y seis que representen a organizaciones sociales, nacionales o a intelectuales de prestigio. El problema era que la primera sesión estaba siendo celebrada en un territorio rebelde y se necesitaba que tuviera legitimidad, se necesita que tenga legitimidad, que no haya duda que la Convención está por el tránsito pacífico y que no es un aval a la guerra, o no era el intento del EZLN para ahora tener más fusiles de palo en los demás estados de la República.

Entonces a nosotros nos proponen, nos proponen -ahí tiene que decir la verdad la Comisión Nacional Organizadora- 36 nombres; de esos 36 sólo conocemos a 3 o a 4, claro les digo, entre ellos Doña Rosario, el Dr Pablo González Casanova, algunos otros que sí conocemos personalmente, a los demás no. Nosotros dijimos

-Bueno ¿en eso está de acuerdo la Comisión Nacional Organizadora?

-Sí.

-Entonces propónganlo.

-No, nos van a decir que no, queremos que lo proponga Tacho (textual). Si lo propone el EZLN nadie va a discutir.

-Está bien, estamos de acuerdo. Y lo de los estados, ¿cómo lo resuelven?.

-Que cada delegación nombre a los que los van a representar en la presidencia.

-De acuerdo, no hay problema.

Algunos de los 36 -personalidades, porque es gente de mucho prestigio, no les voy a discutir eso- condicionaron su participación en la presidencia a que iban a presidir la primera sesión, no que iban a ser la presidencia de la Convención Nacional Democrática. «Nosotros nos sentamos, nos paramos ahí y le damos impulso a este barco para que zarpe». A eso se comprometieron, no se comprometieron en nada más, después consecuentemente abandonaron la presidencia porque no se habían comprometido a eso.

Cuando yo hice la propuesta aquí el 8 de agosto yo dije «El compañero comandante Tacho va a leer la propuesta para la presidencia de la primera sesión», y por eso no se discutió, porque no se puede elegir una presidencia que no está definida en sus tareas. De acuerdo, así llegó, ésa es la verdad. Hay en el grupo de los 36 -y en los de los estados, los que eligieron de los estados-, en el grupo de los 36 hay gente que tiene prestigio; vaya, no es de gobernación, aunque unos sean ultras y otros sean reformistas, como los quieran clasificar según su esqueleto que tengan, o su vademécum, o como le llamen pues, para clasificar a la política. Pero ése era el trabajo: decir quién toma la palabra y quién no la toma y cuáles son los resultados; una especie de secretaría. Así se hizo, ésa es la historia de la presidencia de la Convención Nacional Democrática.

2.     La historia de los acuerdos de la Convención

El acuerdo que se iba a promover, también con la Comisión Nacional Organizadora, es que esa primera sesión iba a convocar a la segunda sesión y se dijo que la segunda sesión tenía que ser inmediatamente después del proceso electoral, para valorarlo, porque uno de los resolutivos de la Convención era participar en el proceso electoral. Entonces lo más lógico es que las semanas siguientes al 21 de agosto tenía que reunirse para valorar. No lo hicieron. Y ahora nos están echando en culpa que por qué el EZLN no llama a la defensa del voto -la misma estupidez que dice que hay tendencias en el EZLN. Entonces queremos que quede claro. No lo hicieron.

Se reunieron aquí y decidieron -preguntándole no sé yo a quién- suspender a las 12 del día la sesión, porque no sé quién que no vive aquí les dijo que iba a llover. Aquí los únicos que saben si va a llover o no va a llover son los zapatistas, y a nosotros nadie nos preguntó si va a llover o no va a llover. A ustedes llegaron y les dijeron «Va a llover, tenemos tantas horas, apúrense, uno, dos, tres, ya, se vota, adelante, vámonos, mexicanos al grito de guerra, adiós, todos somos felices». No se definió qué es la presidencia, no se llamó a la segunda sesión y salieron cada quién entendiendo lo que piensa que es la Convención Nacional Democrática.

Todavía en San Cristóbal hay gente a la que se le pregunta «¿Qué es la Convención Nacional Democrática? -Pues es una organización que está entre el EZLN y el ejército federal» -el ejército mexicano dicen todavía-. Y otros dicen «No, en realidad es una organización que se encarga de conseguir acopio de víveres para mandarle al EZLN». ¡Delegados! ¡Compañeros! Otros que dicen «No, es una organización que se encarga de hacer solidaridad, sacar desplegados y hacer marchas para apoyar la lucha del EZLN».

No estaba claro, ésa es la verdad. Lo único que estaba claro es que había que votar en contra del PRI. Incluso lo de que si también en contra del PAN o no, algunos entendían o no entendían, o que si lo del paro era resolutivo general o era en lo particular. Total nadie se preocupó de aclarar nada. Así salieron.

Nosotros cumplimos compañeros. Nosotros les dijimos «No vamos a interferir en el proceso electoral», y no interferimos en el proceso electoral. A costa de nuestros principios dejamos que hubiera elecciones aquí: entraron, hubo casillas, votaron los compañeros, hubo fraude. Estas sí fueron las elecciones más vigiladas de la historia, las zapatistas, no las otras. Y nos quieren echar ahora la culpa a nosotros de la indefinición de la Convención Nacional Democrática.

Otra cosa, la gran bronca de que si la Convención se pronunciaba por Cárdenas o no se pronunciaba por Cárdenas. A nosotros nos dicen, mientras se estaban poniendo de acuerdo los del PRD (estoy hablando de la dirigencia del PRD):

-¿Ustedes se van a oponer a que la Convención Nacional Democrática se pronuncie por Cárdenas?

-No -nosotros dijimos- claro que no, si la Convención dice que apoya a Zedillo, ni modo, apoya a Zedillo.

-¿Van a promover la candidatura de Cárdenas en la Convención?

-No, porque nosotros somos un ejército rebelde, y nosotros somos un ejército rebelde porque no creemos en las elecciones. Si nosotros creyéramos en las elecciones y en la lucha pacífica y legal no estaríamos con la cara tapada y con un arma, a lo mejor estaríamos allí sentados y otros estarían aquí hablando en lugar de nosotros. Nosotros pensamos que es posible todavía un tránsito pacífico; vaya, no nos negamos a que nos demuestren que estamos equivocados -eso dijimos.

Ésa es la diferencia entre nosotros y otros grupos armados que dicen «No, sólo la lucha armada, lo demás es pura mierda». Nosotros decimos «No, a lo mejor no, a lo mejor no sólo hay otras formas de lucha sino a lo mejor ni siquiera es necesaria la lucha armada. Demuéstrenlo».

Por eso nosotros llegamos así a la Convención y así los llamamos. No queríamos que aquí gritaran «¡Viva la lucha armada y muera el reformismo!» ni nada ‑lamento desilusionar a la ultra. Sí queríamos que aquí discutieran y llegaran a un acuerdo, pero nuestra propuesta no era que acabara la Convención el 21 de agosto o el 22 de agosto.

La otra propuesta que nos pararon -el PRD otra vez- en la Convención, que nosotros hicimos, de que se hiciera un programa de insurgencia civil, que ahora repetimos otra vez, nos lo pararon. Dijeron «No, eso no conviene, se puede descontrolar». Nosotros no dijimos nada. Como nosotros estábamos en la voluntad de no interferir para nada, nosotros pensamos, ingenuamente, que lo que ocurría es que el PRD sí tenía un plan de resistencia civil después del de defensa del voto. Ya nos dimos cuenta que no, o si lo tienen pues yo creo que ya va siendo tiempo, porque ya es octubre, ya nada más les queda noviembre, si es que van a hacer algo. Está bien, lo pararon.

Nosotros no queríamos que la Convención hiciera lo que diga el EZLN. Si le iba a entrar a lo del voto, pues que la Convención discutiera la defensa del voto, ¿no? Nada más llamaron a votar y luego qué iban a hacer. Pero tampoco acordaron reunirse otra vez. Ésas fueron las broncas que hubo abajo y nosotros cedimos. Cedimos porque cuando nosotros decimos que no queremos ser vanguardia y ponernos a dirigir, nosotros sí hablamos con la verdad, nosotros sí, no otros.

3.     Sobre la dirigencia del PRD

Ésa es la historia de la presidencia y ésa es la historia de la Convención Nacional Democrática. Nosotros no queremos que se hunda el barco, nosotros confiamos en ustedes. Y no estoy hablando de los dirigentes de los partidos. Nosotros estamos confiando en esos que no tienen partido: en las amas de casa, en los campesinos, en los obreros, que no confían en nadie, pero que no van a agarrar un arma porque no quieren, o no tiene caso, o no pueden, o lo que sea, pero que pueden hacer mucho por transformar este país.

Ahora los grandes dirigentes del PRD están muy molestos por el comunicado del día 6, porque dicen que es un veto al PRD en la presidencia. ¿Por qué? Nosotros estamos diciendo lo mismo que dijo el Dr Pablo González Casanova cuando clausuró la sesión: la Convención no debe subordinarse a un partido político, son los partidos políticos y las organizaciones sociales los que tienen que subordinarse y apoyar la Convención. Si el PRD considera en contra de sus principios, que es una traición subordinarse a los acuerdos de una organización como la Convención Nacional Democrática, está bien, puede participar, pero no la puede presidir compañeros. Así como nosotros tampoco la podemos presidir porque estamos armados y la hacemos ilegal automáticamente si la presidimos, y los metemos en problemas a ustedes.

Nosotros el 8 de agosto les dijimos «Nos hacemos a un lado pero no nos vamos». Nosotros invitamos a los partidos políticos a que ahora digan lo mismo. Háganse a un lado, no se vayan, nomás háganse a un lado. Total, si sale mal pues otra vez dicen «Se los advertí, ya ven, nomás por mi camino es como debe andar».

Y nosotros queremos hacer la diferencia entre la dirigencia y la base. Nosotros hemos recibido mucho apoyo, de veras, de la base del PRD, de comités de base del PRD; es gente muy combativa, muy decidida y yo pienso que ese partido sería otra cosa si fuera la base la que lo dirigiera. Pero hemos recibido muchos chantajes de su dirigencia, muchas amenazas y muchas presiones y aquí les quiero decir delante de ustedes: vayan y díganles que hasta aquí nomás, ¡ya basta! Aguantamos todo esto nomás para no interferir el 21 de agosto. Les advertimos desde el 15 de mayo «Les están preparando una jugada grande, el gobierno quiere todo, garantizando que haya elecciones». Tenemos documentos de la Secretaría de Gobernación donde dice «A cualquier costo debe haber elecciones». Les advertimos «Están preparando algo, no tienen ningún interés en que se interrumpan las elecciones, algo va a pasar». Les dijimos:

-Los van a mandar al tercer lugar para que no puedan reclamar nada.

-No, no, no te preocupes

Les dijimos:

-Tienen que hacer más trabajo pues, porque nosotros estamos creciendo, nosotros somos una organización armada y se supone que en vísperas electorales debe crecer la expectativa del tránsito pacífico, no la expectativa del tránsito armado -les advertimos.

-No, no, esos son puros estudiantes acelerados que ahí en el Zócalo gritan y todo, pero a la hora de la hora no van a agarrar nada.

-Bueno, está bien, nosotros cumplimos y les decimos. Nosotros vemos que así está la jugada del gobierno y para allá va.

Entonces te dicen:

-No, pero ustedes no hagan nada, no den ningún pretexto para que se cancelen las elecciones porque le van a hacer el juego a Salinas de Gortari.

-Bueno, no vamos a hacer nada para interrumpir las elecciones, incluso que entren aquí y hagan elecciones.

Entraron, hicieron y Salinas hizo lo que quiso. ¿O alguien lo duda?

No sólo eso, después de las elecciones esos dirigentes de esos partidos dicen que Cárdenas perdió por culpa del EZLN. Los más objetivos, los más lúcidos, dicen «Por culpa de Marcos, por la foto». Aquí estábamos, ahí donde dice Biblioteca, ahí estaba parado el hijo del general, que nosotros respetamos mucho, y ahí nos dimos la mano, nos tomamos la foto. Jamás lo hubiera hecho para algunos dirigentes del PRD. Y a nosotros nos da mucho gusto esa foto, ahí la tenemos todavía. Nomás le cambiamos abajo: ahí dice «Nuestros votos son las armas de la paz»; nosotros le quitamos votos y pusimos «nuestras armas son las armas de la paz». Y así se demostró compañeros.

Pero nosotros pensamos que no se acaba, realmente les digo que no se acaba, la lucha pacífica no es nada más la lucha electoral, ni la lucha del tránsito democrático es nada más la lucha por unas elecciones.

«¡Hubo fraude!». Si hubo fraude hay que echarlo para atrás. Pero incluso aunque hubiera ganado Cárdenas el 21 tenía que cumplir el programa de la Convención. Si llega Clinton a la presidencia tiene que cumplir el programa de la Convención, y si llega el Che Guevara tiene que cumplir el programa de la Convención. El problema es que nadie sabía qué chingados quiere la Convención. Ustedes le preguntan a cualquier base de apoyo de los que están aquí «¿Por qué lucha el ejército zapatista?» y te dice «Techo, tierra, trabajo,...». Pregúntenle a un convencionista, sobre todo en el DF, «¿Por qué lucha la Convención?», a ver qué les va a contestar, pues.

Nosotros lo que les proponemos es eso, y además lo estamos proponiendo para que lo discutan. Nosotros proponemos que se discuta, para la segunda sesión, cuáles son los criterios para elegir a la presidencia. Y entonces empiezan «Marcos, el tirano del sureste, de las montañas del sureste mexicano». Para los que ayer escribían «Marcos, ¡qué bonito escribe, es un nuevo líder de izquierda que todo lo sabe!», y todo eso, ahora es el tirano de las montañas del sureste mexicano. Entonces dicen «No, Marcos es bueno, lo que pasa es que la línea dura del EZLN ya se impuso y ahora están los duros, está la ultra del EZLN, ya perdieron los reformistas».

Eso es lo que está pasando, nosotros tenemos que decirlo pues, y lo decimos aquí claro delante de ustedes. Nosotros vemos muy mal que de 100 de la presidencia estén sentados aquí 40, o no sé cuántos estén. Si esa presidencia de la CND no es capaz de ir a cualquier lugar de la República, no merece presidir la Convención, yo claro les digo. Y si no puede ir al lugar donde se va a desatar una guerra por aquellos que le dijeron «Si no hay un cambio democrático, va a haber una guerra», ¿esa presidencia por qué va a presidir qué cosa? Nosotros queremos dejar claro, pues, que el EZLN no va a ser una baraja en la carta que está negociando el PRD con el gobierno y con el PRI y vamos a hacer todo lo posible porque la CND tampoco sea una baraja en esa carta.

Y yo claro les digo: tenemos todo el derecho, no sólo de aspirar a que nuestro pensamiento, o nuestra forma de lucha, o nuestra forma de ver las cosas, convenza a más gente en el estado de Chiapas, convenza a la CND, convenza a este país, convenza a América Latina, convenza a los europeos, y si hay gente en otro mundo también; tenemos ese derecho a que el pensamiento zapatista sea la vanguardia no sólo de este estado sino de este país, de este continente y del mundo entero. Nadie nos va a discutir ese derecho, en todo caso demuéstrenos que no sirve con hechos.

Entonces se están quejando por eso, y yo les digo claro: nosotros no estamos en contra de un partido político, ni de una organización social. Aquí la única organización que dijo que se subordinaba al mandato de la CND fue el EZLN; ninguno de ustedes lo hizo, ni como partido político ni como organización social.

Dejamos pasar el tiempo. «Espérate -dije yo-, lo que pasa es que ya que salgan los resolutivos ya van a empezar los pronunciamientos de que yo me sumo, yo me subordino». Nadie dijo nada. Pero todos se paraban el cuello de que «El EZLN ya no se manda solo, ahora  lo mandamos nosotros». ¿«Nosotros» quién?

Y se fueron, compañeros. Dijo Tacho aquí «Cuando venga la presidencia yo la voy a poner ahí y le voy a enseñar cómo está roto el piso», porque nosotros le entregamos esto a ustedes. ¿Cuándo se preocuparon de qué está pasando aquí? Nosotros nos estamos cuidando de los aviones y aun así le ponemos trabajo aquí, pero nosotros estamos en guerra, compañeros, y este lugar es suyo y ustedes no se volvieron a acordar de él.

Salieron dispuestos a celebrar el triunfo, porque convocaron a celebrar el triunfo el día 22 de agosto. Pensaron que la Convención les iba a ganar la votación, y ahora piensan que la Convención les va a defender la votación. Sí, nosotros decimos, sí si la Convención quiere, pero ¿quién le ha preguntado a la Convención si quiere hacerlo o no quiere hacerlo? No estaba en sus resolutivos, todo lo dejaron en lo general y espantaron a todo el mundo con el fantasma de la ultra. «¡Ahí viene la ultra, cuidado! No, eso no hay que discutirlo porque se va a dividir la Convención», así como ahora dicen «¡Cuidado, ahí vienen los zapatistas, se va a dividir la Convención, no hay que hacerle caso a esos!».

La Convención no va a morir compañeros. Se pueden ir las grandes lumbreras y los grandes dirigentes y la Convención va a seguir, sencillamente porque este país necesita otra puerta, y las organizaciones de antes ya no son la puerta. Lo pueden entender ahorita o lo van a entender dentro de tres o cuatro años, a la hora que sea van a entender que ya hay que hacer algo nuevo, completamente diferente. ¿Qué? No sé, ustedes discútanlo, ustedes son la Convención, ustedes pueden hacer de su vida un papalote, ustedes pueden decir «Somos un frente», «Somos un partido», «Somos un antipartido», lo que quieran hacer pues. Nosotros decimos -eso es lo que les proponemos-, que la Convención lo que haga le pregunte a los convencionistas «Compañeros, ¿están de acuerdo en que vamos a votar por tal?». Si la Convención dice que sí, pues órale. No que tomen la decisión y luego a ver si están de acuerdo o no los convencionistas.

Nosotros no estamos diciendo que caiga la presidencia. Nosotros pensamos, como dijo el compañero que habló aquí hace rato, que está duro, que asumir la presidencia de la Convención en estas circunstancias fue muy difícil y que lo han hecho, dentro de lo que cabe, con ese gran peso encima. Pero no han hecho nada por confrontar otra vez a la Convención para ver si le siguen o qué es lo que van a hacer. Y yo pienso que tienen que hacerlo, que en esa segunda sesión les tienen que decir «Compañeros, a mí me nombraron para esto, pasó todo esto, ¿ahora qué hago?, pongan a otro o quedo yo, pero díganme qué voy a hacer». Para que ese compañero, cuando hable, no hable por él o no hable por un partido político o lo quiera llevar para un lado o para otro, sino que hable por la Convención. Y si la Convención dice «Vamos con tal partido», nos vamos con tal partido, nosotros también, nosotros también nos vamos junto con la Convención. Si nos dicen que nos hacemos el brazo armado del PRI, nos hacemos el brazo armado del PRI -va a estar muy dura la competencia, eso sí se los digo, porque ahí ahorita lo que sobran son armas; a lo mejor así completamos las que tenemos de palo; podemos hacer un intercambio.

Entonces es eso lo que nosotros les proponemos: esa presidencia, cualquiera que sea -pueden quedar los mismos-, pero pregúntenle a la gente qué es lo que va a hacer y qué es lo que va a hacer la Convención. Si va a haber una movilización grande por el voto y quieren guerra para defender el voto, les hacemos una guerra para defender el voto, pero que sea un resolutivo de la Convención. Lo que ustedes digan. Si ustedes mandan y ordenan «Otra vez avancen sobre la ciudad capital del país», avanzamos sobre la ciudad capital del país, pero que sea un resolutivo de la Convención.

Si no, nosotros vamos a tomar decisiones solos, porque mientras ustedes estaban entre que sí se defiende el voto o no se defiende el voto, y que si dialogamos con el PRI o no dialogamos con el PRI, o que así quede, a nosotros nos estaba llevando la fregada. Aquí se metieron 60 mil soldados. Con 60 mil soldados yo agarro el mando e invado Centroamérica, no acabo con los zapatistas. Todo el dispositivo que tienen los soldados ‑tienen 30 mil en el primer cerco y 30 mil atrás‑, ese dispositivo no es para invadir la selva lacandona: agarran Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, y no se paran hasta Panamá, porque está el canal -si no se lo brincan. De veras, en términos estratégicos ese dispositivo militar que tienen no es juego.

Ustedes están allá. Está bien, pero ustedes nos dijeron una cosa a nosotros, y como nosotros fuimos los únicos que dijimos «Nosotros obedecemos a la Convención», tenemos derecho de pedirle a la Convención «¿Qué paso?, ¿ahora ya acabó todo? Si ya acabó, dinos, para entonces ya nosotros darle como le estamos dando». No hemos llegado a más y tenemos al ejército sobre las uñas. Estamos soportando provocaciones como la de la mañana a cada rato, compañeros. En Ocosingo, aquí en Las Margaritas, de estas dizque patrullas salen 600, 800, mil soldados con tanques de guerra a hacer patrullas. Pero se acercan así cerca de nuestras posiciones, ya saben que ahí estamos. Y los vuelos rasantes son vuelos rasantes, son pegaditos, los podemos bajar. ¿Quieren pruebas de que hay aviones aquí? Los vamos a tirar, y les vamos a entregar el aluminio y aunque no nos lo podamos comer se los vamos a entregar para que vean «Ahí está, sí había vuelos rasantes de aviones». ¿Le quieren creer a Riviello Bazán que dice que no es cierto porque no se puede? Pues vénganse a dormir aquí pues.

«Vénganse a hacer la Convención para acá -les dije-, aquí está un movimiento muy cabrón de resistencia civil pacífica». Nosotros no estábamos haciendo nada; bueno, nos estábamos muriendo de hambre y aguantando el cerco. Yo pienso que conviene. Pero «¿por qué en Chiapas otra vez?», «Hay que sacar la Convención de Chiapas», «Y además, ¿por qué la prisa? Vámonos despacio, así va la sociedad civil, va despacito». De acuerdo, pero ¿qué les cuesta reunirse y ver si quieren ir más despacito o se van más aprisa? A lo mejor la sociedad civil no quiere ir más aprisa. La guerra es cabrona, a lo mejor la sociedad civil dice «Vámonos más aprisa porque si no hacemos ahorita movilizaciones para evitar la guerra, luego las vamos a tener que hacer para pararla». Y yo les digo: se pudo el 12 de enero, pero si vuelve a empezar la guerra dudo que se pueda otra vez detener esto. Se los digo como militar, porque ahí ya se van a juntar muchas fuerzas.

Nosotros les decimos eso: reúnanse. Ya acordaron que del 4 al 6 de noviembre, o del 6 al 9, no me acuerdo. ¡Orale, háganlo pues! y pónganse a discutir qué son y lleguen a un acuerdo. Si la mayoría dice que son un club de lectura colectiva, sean un club de lectura colectiva y se vienen aquí a Aguascalientes. Lo que quieran ser, pues. Pero si no, a nosotros nos llegan por todos lados a decir «Es que la Convención no acordó eso y se está haciendo eso». Y nosotros no podemos decirle «disciplínate», porque en realidad la Convención no acordó eso. Entonces vienen los partidos políticos a decirnos «Pinche ultra», y viene la ultra a decirnos «pinches partidos políticos». Pero vienen también los soldados a decirnos «Te vamos a partir la madre», ¿no?.

Nosotros no podemos estar de réferis entre ustedes y aparte estar peleando con los federales. Lo que podemos hacer es conseguirles una comisión de mediación y un comisionado de paz para que lleguen a un acuerdo, sobre todo en la asamblea del Distrito Federal, que es la que deja buena señal para todos.

Nosotros creemos en ustedes, compañeros, en ustedes los que no tienen partido, o los que tienen partido pero que son de base y que están ahí porque quieren hacer algo, no en los que quieren una gran posición de dirigir. La Convención no puede ir detrás de un partido, tampoco puede ir detrás del EZLN. La Convención tiene que ser una confluencia de muchas fuerzas, en eso estamos de acuerdo, pero sólo pueden dirigirla las fuerzas que tengan compromiso con ella.

No estamos vetando ni al PRD ni a ningún otro partido. Éntrenle, agarren la presidencia, pero háganlo explícito: «Nosotros vamos a obedecer la Convención; si la Convención aquí resuelve tal cosa, nosotros como partido, o como sindicato, o como frente de lucha, o como organización de lo que sea vamos a cumplir ese acuerdo o nos vamos a salir de la Convención».

Así tiene que ser pues, claro. Dicen «No, pues es que lo que estás haciendo ‑nos mandan decir los dirigentes del PRD‑ es ya hundir el barco». Yo les digo claro «Lo que estamos haciendo es cortando anclas, no hemos podido zarpar por eso. Ya vamos viendo quién está arriba y quién está abajo, y ya con los que estén arriba, con esos vamos a salir».

Nosotros pensamos que la mayoría de la Convención es gente que no tiene partido, lo que se llama la sociedad civil. Hay obreros, hay campesinos, hay estudiantes, hay amas de casa, hay gente con comodidad económica y hay gente que no tiene nada. Pero todos esos tienen en común que algo no les gusta, y lo que no les gusta es todo lo que ha pasado todos los días y quieren hacer algo nuevo.

Nosotros les dijimos cuando vino la Caravana de Caravanas «Vamos a sentarnos a ver qué queremos, algo nuevo. Nosotros les proponemos esto». Es cuando Tacho dice «Vénganse» y les va a dar un curso. Él les va a platicar cómo organizaron ellos el EZLN. Ustedes van a decir «No, pues sí se puede» o «No, no se puede», pues así como otro les dice, él también tiene su derecho, como convencionista, a proponer su idea. Y Moi les puede platicar también cómo se toman las decisiones militares. Nosotros somos más democráticos que ustedes ‑y nosotros somos militares, que es la antidemocracia por excelencia. Nosotros es lo que les pedimos: no que se desbaraten ni que se desbalaguen; discutan nuestras propuestas, si les parecen bien, llévenlas adelante; si no, rechácenlas, nosotros no vamos a casarnos con esa idea. Si quieren que cualquier partido u organización social que no se comprometa con la Convención la presida y la dirija, de acuerdo. Nosotros pensamos que trae problemas, porque va a llevar a la Convención detrás de un interés de partido y no detrás de lo que interesa a la Convención.

Y en ese entonces, en agosto, la Convención decía «Nosotros queremos democracia, el EZLN quiere democracia, el EZLN quiere guerra, nosotros no queremos guerra, queremos paz con justicia y dignidad». Así vinieron y nos dijeron. Nosotros dijimos «Orale». Entonces que la Convención haga un programa para tener paz con justicia y dignidad sin agarrar las armas, nosotros los vamos a apoyar. Y si nos dicen «Espérate, no vayas a tirar tiros», los vamos a obedecer... si están trabajando, compañeros.

Nosotros no queremos que nos echen mentiras. Nos dijeron cuando venía la Convención «Viene un chingo de carga, se juntó un montón de acopio de víveres, nomás que se acabe la Convención van a llegar todos los camiones». Desocupamos bodegas, casas y estamos esperando. Pasó el 9, el 10, el 11, el 12. Dijimos «No, pues es que están ocupados con las elecciones». Pasó el 21, el 22 y el 23. «No, pues están preparando la movilización». ¡Y se pasó y no llegó nada, compañeros! Está bien ‑nosotros decimos‑ no pueden, pero para qué nos prometen cosas. No nos vayan a hacer lo mismo que el gobierno. Si ustedes nos prometen que va a llegar una caravana de caravanas una vez al año, está bien. Mientras no nos digan que va a llegar cada mes y que no llegue cada mes porque vamos a desconfiar de ustedes. Nosotros no queremos desconfiar de ustedes, como hace el gobierno. Ustedes díganos «Nomás podemos hacer 10», «Orale», nosotros sabemos que nos van a cumplir con 10. Pero no nos vengan a entusiasmar y a tapar los ojos diciendo que van a conseguir mil, no necesitan mentirnos a nosotros.

Nosotros sabemos que está muy difícil la situación allá afuera. Como dice un periodista, están más cercados ustedes que nosotros y tienen más presiones que nosotros. Porque aquí nosotros podemos hacer lo que queramos, nosotros somos el gobierno aquí: quitamos, ponemos, metemos y decimos qué y cómo, y claro le preguntamos a la gente. Ustedes tienen que pelear contra Televisa, contra los medios de comunicación, contra la represión, entre ustedes además se tienen que pelear. Eso consume mucho tiempo y a lo mejor no da tiempo de hacer otras cosas, nosotros lo entendemos. Pero midan su fuerza y digan «Nosotros podemos hacer hasta aquí» y háganlo.

Nosotros no le debemos nada a nadie. Salimos peleando y nos morimos solos y vamos a tener que volver a salir peleando y vamos a tener que volver a morir solos. Pero la cola va a llevar muy duro. Nosotros se los decimos claro a ustedes, a los que no tienen partido, que nosotros estamos vivos gracias a ustedes, porque si el 12 de enero no llega el cese al fuego quién sabe qué hubiera pasado. Y yo pienso también que muchos soldados federales les deben la vida a ustedes, muchos, más de lo que creen ellos. Y yo sé que hay mucha simpatía de la tropa federal por la CND, porque ellos también los ven como la esperanza de que los zapatistas no vayan a hacer sus pendejadas, o sea atacarlos. Para ellos pendejada es atacarlos. Entonces ellos piensan igual que nosotros, nosotros tampoco queremos matar. Les digo, si ustedes consiguen todo eso, los apoyamos. ¿Quieren comunicados?, comunicados hacemos; ¿poesía?, poesía; ¿quieren plomo?, les vamos a dar plomo también, para que se consigan esas cosas.

Pero queremos decirles que está esa situación, lo que les dije en la mañana. Nosotros no podemos contestar así con otro trapito blanco a esas provocaciones; nosotros somos un ejército, no somos un sindicato ni un club de colonos. A nosotros nos están respondiendo, como ejército, no como si estuviéramos pidiendo leche Conasupo «Bueno, pues ya denles leche Conasupo». Nosotros somos un ejército y a un ejército se le tiene que contestar políticamente a todos los niveles.

Todo está preparado para imponer a Robledo. Si Robledo se impone aquí va a haber guerra; aquí estoy hablando de México, no de Chiapas.

Yo pienso que es un resolutivo importante el que hicieron de apoyar la movilización de resistencia civil que hay en el estado, pero que no basta. No creo que nadie se pueda enorgullecer del gobernador que tiene, que diga «Bueno, pues nosotros sí tenemos un gobernador bueno, por lo tanto no hay que luchar en nuestro estado». Nadie. Dudo también que muchos puedan hablar bien de su presidente municipal o de su líder sindical o de su jefe de grupo, o como sea. Tenemos muchas cosas que hacer también en otros lados. Sí pensamos que ahorita, como está la situación, aquí se concentran muchos nudos en Chiapas: por el proceso poselectoral, por la agresividad de los federales, de los finqueros y todo eso. Pero la lucha no acaba aquí, aquí empieza y sigue en otros lados.

Nosotros pensamos que sí lo van a entender, de veras que confiamos mucho en ustedes, de veras que esa diana no era de balde. Nos da gusto que hayan venido también, porque además se vinieron otra vez con un rompimiento de diálogo previo. No era sencillo venirse, era difícil, puede pasar cualquier cosa y como quiera se vinieron. De veras que les agradecemos que hayan venido, aunque hayan venido tan poquitos. Porque los compas ven y dicen «No, pues son menos que nosotros». Si se vota yo creo que ganamos, porque todos ellos son convencionistas. Entonces a mí me preguntan «Oye, ¿cómo anda la Convención?» ¡Buena pregunta! ¿Cómo anda la Convención? «Pues vamos a preguntarles a ellos cómo anda la Convención y que nos platiquen».

Ésa es la bronca de lo de la presidencia. Nosotros les agradecemos, de veras, que hayan venido hasta acá y que nos hayan dejado decir esto. No tenemos nada en contra de ese partido político, pero tampoco tenemos nada a favor. En todo caso ellos tienen que ganarse el respeto y el apoyo de ustedes, como se lo puede ganar Tacho o Moisés o Fidel, o el que sea que venga a hablar con ustedes. Y sus ideas de ellos tienen que competir contra las nuestras y tienen que derrotarlas. Si ustedes quieren seguir a una o a otra o si dicen «Ninguna de ustedes sirve y yo voy a presentar otra propuesta» y la hacen y nos convencen a todos, le seguimos.

Eso es lo que queríamos decirles a ese partido político.

4.     A la mal llamada ultra

Ahora, a lo que se llama la ultra, o lo que se mal llama la ultra, quiero decirles que cumplieron. Ustedes se comprometieron a no detener lo del proceso electoral y no llamaron a no votar. Pero tampoco han hecho nada después. Miren, yo claro les digo: ustedes pueden ser muy revolucionarios y muy ultras en la universidad o en el autobús donde andan, pero para nosotros ustedes son de centro.

Aquí realmente los radicales de hecho somos nosotros y a nosotros sus discursos de palabras realmente nos dan sueño; los escuchamos mucho tiempo y muchos años. Si quieren un día Tacho les da una plática de cuatro horas de todas las organizaciones políticas que han venido a decirles lo que ustedes dicen. Y todas son vanguardia. Treinta y tres contó la otra vez, 33 vanguardias había antes de que llegara el EZLN. A nosotros no nos engañan. Si quieren dormir allá a los estudiantes o a los obreros o al que se deje, está bien, pero a nosotros no.

Así como le decimos a uno o a otro, no pensamos que estén cumpliendo, no están haciendo trabajo de organización de qué es la Convención. Y eso es lo que les estamos pidiendo. Junten a la gente y díganle qué es la Convención. Para ustedes el enemigo principal es el PRD, para el PRD el enemigo principal es, ahora, el EZLN, ayer era la ultra. Ahora sí le atinaron, ahora sí la verdadera ultra somos nosotros. Pero no, de veras que ni nosotros somos el enemigo del PRD, ni el enemigo de ustedes es el PRD. El enemigo de ustedes, de nosotros y del PRD es el partido de estado.

Y les pedimos nosotros que organizaran a la gente, no que la invitaran a agarrar un arma; que la llamaran y se sentaran y dijeran «Bueno, ¿qué es un gobierno de transición? Un gobierno de transición es esto y esto. ¿Será que sirve?», «Sí sirve», «No, no sirve». «Bueno, ¿qué podemos hacer aquí en mi estado, en mi municipio, en mi colonia, en mi ejido, en mi comunidad, para hacer que este gobierno de transición camine?». ¡A ver qué cuentas dan!

Nosotros tenemos informes, por abajo, de lo que pasó en la reunión de San Cristóbal. Y llamamos la atención de por qué es el sureste el que presenta las propuestas más avanzadas y por qué provincia es la que presenta las mejores cuentas de la tarea que le dejó la Convención. Nosotros les preguntamos eso. Nosotros podemos decir «Es que el sureste tiene que darle porque es el que tiene la guerra más cerquita». Sí, a lo mejor es por eso. Pero hay otros estados también que están cumpliendo, a lo mejor es que no tienen tiempo de estarse peleando y sí tienen que estar haciendo las cosas.

Pero nosotros vemos muchos avances en el informe, más de los que vinieron a leernos aquí. Nosotros sabemos cómo estuvieron las plenarias, los resolutivos, las bitácoras, la relatoría de las diferentes reuniones. Estuvieron muy buenas... en provincia. Del DF sólo nos llega «Se pelearon tal con tal y tal con tal, que si habla o no habla». Entonces nosotros les reconocemos eso y de veras que pensamos que sí están cumpliendo y que la están levantando bien. Y a los otros dos extremos, tanto a la ultra -que ya le dije esto- y al PRD, que está por el otro lado, «¿Por qué no tratan de ganarse a su gente?, ¿por qué tienen que apostarle, el uno y el otro, a la palabra del EZLN?». El PRD llega a decirle al EZLN «Di esto, para que salga en la Convención», y la ultra llega y le dice al EZLN «Di esto, para que salga en la Convención». ¿Por qué no se ganan ustedes el prestigio de la Convención, para que haga lo que digan uno y otro? Eso les pedimos. Nosotros tenemos mucho trabajo con los aviones, con los tanques y con los federales.

No veríamos mal que cualquiera de esas fuerzas fuera la homogénea dentro de la Convención. Pero si no lo van a ser ustedes, lo vamos a ser nosotros. Nosotros vamos a ser la fuerza homogénea de la Convención. Tenemos ese derecho a convencer a todos a que esta Convención sea zapatista, no armada; que sea zapatista en el sentido de buscar una nueva forma de relación política, no sólo para afuera o en lo que quiere cambiar, sino también en la relación entre los seres humanos, de los hombres y de las mujeres y de los niños. Una nueva forma de ver la lucha política, la lucha revolucionaria. Lo vamos a hacer. Mientras nos dejen vivos y podamos sacar comunicados, nosotros vamos a proponer a la Convención que se haga así y así y así. Y si nosotros podemos convencer a la mayoría, la mayoría va a ser como nosotros. Y luego vamos a hacer una convención latinoamericana y vamos a convencer a todos los latinoamericanos. Y luego vamos a convocar una convención mundial y vamos a convencer a todos los países del mundo, y luego una intergaláctica. Y vamos a hacer otro pueblo que no se va a llamar Aguascalientes, se va a llamar Sao Paulo y allí vamos a juntar a todos los latinoamericanos; y otro pueblo que se va a llamar Ginebra y allí vamos a juntar a todos los del mundo. Y lo discutimos. Nosotros queremos ese debate, pero un debate de hermanos; o sea, vamos a discutir esto y lo otro, sin calificar o descalificar, y que hable la práctica de uno y que hable la práctica del otro.

Eso es lo que nosotros les queríamos decir y lo estamos diciendo así porque prácticamente ya nos estamos despidiendo. Nosotros vemos muy difícil que nos podamos volver a ver. En principio dudo que la asamblea ésa del 4 al 6 de noviembre pueda ser aquí. Yo les recomendaría que buscaran de plano en Tuxtla o en San Cristóbal ‑si es que alguien piensa que va a ser aquí.

De plano yo veo el panorama muy duro. Entonces yo sí quería decirles claro esto: nosotros sí confiamos en ustedes; ya pase lo que pase, ustedes tienen mucha capacidad de trabajo, han hecho muchas cosas en este año. Nosotros confiamos en ello, en que la van a volver a hacer y que la van a seguir haciendo. Eso es lo que nosotros les queríamos decir.

Quiere hablar también el compañero mayor Moisés, que es al que ha designado la comandancia para explicarles nosotros cómo vemos algunos problemas o algunas propuestas sobre toma de decisiones, que les va a proponer para que las impulsen en la Convención, haciendo uso nuestro de ese derecho de convencerlos de cómo deben organizarse. Y luego el comandante Tacho también, para proponerles y platicarles cómo es que piensa él que puede avanzar la CND más allá de donde está.

Gracias compañeros.