QUINTA REUNIÓN, PALABRA DE INICIO


3 DE SEPTIEMBRE DEL 2005.



Bienvenidas compañeras, bienvenidos compañeros:

Ya se conoce más o menos el formato de la reunión. Todo el que quiera hablar puede hacerlo, así que si algún niño o niña quiere participar, pues lo vamos a escuchar con la misma atención, interés y seriedad que a cualquiera. También les digo que, como pasó en la reunión anterior, no es fuerza que se echan un discurso, pueden también cantar, bailar, decir una poesía o hacer lo que piensen que es mejor para expresar su sentir y pensamiento.

Les informo que, hasta el día 1 de septiembre teníamos:

51 organizaciones políticas.
95 organizaciones indígenas.
143 organizaciones sociales.
392 o­ng’s, colectivos y grupos.
1,168 personas.
306 internacionales.

Compañeros y compañeras:

Nos da mucho gusto ver de nuevo a muchas personas que han estado cerca nuestro desde el inicio del alzamiento. Nos da gusto verlas aquí o verlas en la lista de adherentes, aunque no hayan podido venir en esta ocasión. Algunas se alejaron un tiempo, otras estuvieron siempre pendientes del movimiento. Todas son personas fundamentalmente nobles, buenas y honestas. Tal vez por eso no son candidatos ni funcionarios de ningún partido con registro. Como quiera, no deja de sorprendernos que, después de la intensa campaña de medios que hemos tenido en contra por no quemar incienso ni cantar loas al otro innombrable y por no sumarnos a la campaña de arriba, todavía haya gente que piensa que es posible intentar otra forma de hacer política. Les agradecemos de veras que, en medio de todo el ruido de arriba, tengan la paciencia y entereza para escuchar, para escucharnos.

Y hablando de encuestas, acabo de leer a uno de esos intelectuales (de esos que cambiaron el análisis crítico por el culto a las encuestas), que nos advierte que los últimos sondeos de popularidad muestran a López Obrador en primer lugar, muy por encima de sus congéneres. Y que, en cambio, las encuestas de impopularidad ponen al Sup en primer lugar, con un 36 por ciento. Nos reconviene este señor, porque las encuestas son más importantes que los principios. Nos dio, como quien dice, en la pata de palo. Porque si algo hemos demostrado los neozapatistas del EZLN es que todo lo que hacemos y decimos, lo hacemos guiándonos por nuestros índices de popularidad. En mi defensa puedo alegar que mi rating es bajo porque apenas llevo un mes apareciendo públicamente, pero como quiera no estoy conforme y me comprometo a esforzarme por superar ese pobre 36 por ciento y llegar al 50, al 75 y hasta alcanzar el 100 por ciento de impopularidad.

Ésta es la reunión de personas que a título individual, familiar, de calle, de barrio o comunidad se adhieren a la Sexta y quieren participar en la “otra campaña”. O sea que, como quien dice, es una reunión para escuchar a individuos y a individuas.

Esto es el colmo de la “otra campaña”. Porque en estos tiempos donde cuentan los altos porcentajes, los índices elevados y las grandes cantidades, los neozapatudos deciden hacer una reunión especial para escuchar lo que tiene que decir una persona, individuo o individua, que tal vez con trabajos se representa a sí misma (porque siempre hará falta que presente el acta respectiva que lo acredite como tal), o que ha sido nombrada por su familia, por gente de su calle o de su colonia o de su comunidad o de su vecindad.

Y no sólo, además los ezelenitas no preguntan si los que se adhieren a la Sexta tienen tarjeta de crédito o credencial de elector, así que bien se pueden colar niños y niñas, y decir su palabra y señalar que si la “otra campaña” no los escucha como niños y niñas que son, entonces no es “otra campaña”.

Esto es un escándalo. Los zapatistas no sólo se proponen hacer otra política, cuando la política que importa ahora es la electoral; no sólo toman como emblema un pingüino que ni siquiera es pingüino sino un pollo que camina como pingüino chueco, cuando el emblema que está de moda es el gallito negro amarillo; no sólo usan las encuestas como papel no muy higiénico, cuando lo que corresponde es tomarlas como declaración de principios. No, señor, señora, señorita, niño, niña. No, ahora nos salen con que también hay que escuchar lo que tiene que decir una persona y que lo van a tomar en cuenta, como toman en cuenta lo que dicen las organizaciones políticas, las organizaciones indígenas, las organizaciones sociales, las no gubernamentales, las agrupaciones y colectivos.

Y es que hay personas que, en su ser individual, tienen su propio Consejo General de Representantes, su Comité Ejecutivo Nacional, su Asamblea Plenaria y su Comité Central. Estas personas son en sí mismas un colectivo. Escuchan, se informan, conocen, analizan. Entonces a veces la cabeza propone, se discute en el resto del cuerpo, se inconforma el corazón, la mirada está de acuerdo en lo general pero disiente en lo particular, el estómago advierte que hay peligros y hay que tener a mano la prudencia y los antiácidos, el oído dice que hay que escuchar otros puntos de vista antes de decidir, el esfínter señala que antes hay que depurarse y evacuar a los elementos indeseables, las manos proponen rutas opuestas, el apéndice, inútil como es, recomienda que mejor se atienda a las encuestas, los pies dicen que mejor bailar, el sexo… el sexo… bueno, el sexo casi siempre propone la adhesión incondicional y completa. Y entonces, cuando parece que ya todas las partes han llegado a lo que se llama “el consenso”, sale una uña (casi siempre la uña del dedo gordo del pie izquierdo) con una moción de disenso y alega que “algo huele mal”. Entonces se arma un relajo padre y vuelven a empezar, llaman a votación, buscan de nuevo el consenso y, después de horas, días, semanas, meses, años, décadas, toman una decisión que a todos afuera les parece una decisión individual y que es también, a su manera, una decisión colectiva.

Entonces ese individuo, esa individua, se encuentra con otros y otras, y une su colectivo al de los otros pero sin dejar de ser un colectivo individual. Y así es como crecen los colectivos colectivos, o sea con colectivos individuales.

Y luego, como también se dice, eso pasa hasta en las mejores familias. Y resulta que una familia decide constituirse en colectivo y se ha dado el tiempo y la paciencia para leer la VI Declaración de la Selva Lacandona. La han discutido. Tal vez están alegres porque hacía mucho tiempo que una discusión familiar no terminaba a la greña. Tal vez hasta hicieron una su votación, sin encuesta previa. Tal vez nombraron solemnemente a su delegado o delegada. O tal vez se hicieron nominaciones, que fueron declinadas oportunamente: “yo no puedo, tengo que entregar mi proyecto de química el lunes; yo tampoco, no puedo faltar al trabajo; yo ya tengo compromiso y me es imposible ir; yo ya tengo un ‘bisnes’ por ahí; yo no sé hablar todavía pero interpreten mi cara de fuchi”. Total, que a la hora de elegir delegado familiar nomás no quedó nadie. O sea que la Sexta tal vez no favorece la unidad familiar, pero sí la memoria y el sentido de responsabilidad, porque todos recuerdan que tienen algo más importante que hacer y que se requiere su presencia personalmente en persona. Aunque a veces sí quieren venir, pero no hay la paga y pues ni modos, se manda una carta y a ver si alguien en Rebeldía se da cuenta, y la lee, y anota que se pide que alguien la lea, y hay, en efecto, alguien que la lea en la reunión.

O también pasa que luego se juntan algunos vecinos de la calle, o del barrio, o de la vecindad, o de la comunidad. Y entonces uno o una comenta que si ya leyeron la Sexta. Y otro uno, con evidente mala leche, dice: “sí, el Sup está panzón, como de sexto mes”. Claro que el resto lo mira con reprobación. Entonces, para estar a la moda, se hace una encuesta: un tanto por ciento dice que está “pachoncito”, otro tanto por ciento dice que “rechonchito”. Después de que se ríen un buen rato de mí, le entran a discutir la Sexta y sacan acuerdo de entrarle. Alguno, entonces, dice: “pero si no somos organización”. “No le aunque”, dice otra, “echemos un disparejo y el o la que pierda le toca ser delegado o delegada” y pues ni modo, las deudas de juego son deudas de honor, y aquí están.

Y los del EZLN han dicho que invitan a la Sexta y a la “otra campaña” a este tipo de personas a título individual o familiar o de calle, barrio, vecindad, comunidad, lo que no es malo. Lo malo, lo verdaderamente perverso, es que los zapatistas hacen lo que dicen y esperan atender y escuchar a esas personas cuando vengan a Chiapas o cuando la Comisión Sexta del EZLN salga a recorrer el país.

Así nomás. Sin un sondeo previo de las preferencias del respetable, sin una encuesta, sin un estudio de mercado, sin spots publicitarios, sin ofertas de temporada, sin asesores de imagen, sin marketing pues. ¿Es eso serio? Lo dicho: así nunca van a llegar a tomar el Poder.

Compañeros y compañeras:

Hay aquí unas personas que vienen de la Gran Bretaña y están haciendo un documental para Amnistía Internacional sobre los Derechos Humanos en México. Me piden aunque sea una breve declaración sobre el futuro de los Derechos Humanos en México dentro del actual clima político. En lugar de hacer una declaración, y como ya he dicho antes que la “otra campaña” es también un lugar para los niños y las niñas, voy a leer un comunicado que me mandaron unas niñas y niños que son hermanos, y que se apellidan Peñaloza Mojica:

A los habitantes de la Sierra de Guerrero:
A toda la gente de México y del Mundo:

Al Presidente municipal de Petatlán, Guerrero, al Gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca, al Presidente de México Vicente Fox, a los diputados de Guerrero, a los diputados y senadores de México:

A los periodistas:

El jueves 4 de agosto, las autoridades van a exhumar los cuerpos de nuestros hermanos, ojalá se investigue bien y se haga justicia. Los asesinos andan libres, mientras nosotros estamos escondidos y con miedo. Otros campesinos mas que defienden el bosque, tienen órdenes de aprehensión, ¿por qué tanta injusticia para los pobres, y apoyo del gobierno para los caciques?

Me llamo Anabel Peñaloza Mojica, yo vivía en Banco Nuevo en la Sierra de Petatlán, en Guerrero. Estudiaba el sexto año de primaria, me gustaba esa escuela, tenia amigos. Me gustaba recoger bellotas de los pinos. Era feliz. Con mis hermanos Abatuel, Adisbeth y Ana Laura, íbamos juntos a la escuela. Mi papá sembraba maíz, caña, frijol, y también le gustaba cuidar el bosque. Era lo que más hacía, se la pasaba chaponándo para quitar la hierba y que pudieran crecer los árboles. A veces se reunía con otros vecinos de la sierra y gente de otros lados para apagar incendios y cuidar el bosque. Mi mamá se la pasaba haciendo de comer, arreglando la casa y el jardín. Un día, en la noche, estábamos con mi mamá en la casa. Ella hacia la cena y platicaba con Ángeles en la cocina. Oímos que mi papá llegaba en la camioneta. De pronto oímos la balacera. Mi mamá salió corriendo con Ángeles. No sé ni cómo decirlo, sentimos miedo. Luego se oyó un solo pitido de la camioneta, ensordecedor. Después… mi mamá con mis hermanos Armando y Abatuel muertos sobre sus piernas dándoles la bendición y rezando. Yo cargando a mi hermano Adrián… Ahora ya no vivo en mi casa en la sierra. Siento desconfianza, tenemos miedo, ya no sabemos ni de quien cuidarnos. Creo que ya no va a ser lo mismo. Queremos justicia, quiero volver a salir tranquila sin desconfianza.

Yo me llamo Ana Laura Peñaloza Mojica, pero me dicen Laura. Tengo nueve años. Yo estaba bien a gusto allá. Había muchos pinos que mi papá cuidaba, estaba bonito arriba, teníamos un columpio que nos hizo mi papá… Dos días antes de que pasara eso… los pinos estaban ardiendo, dicen que les echaron lumbre y cuando la lumbre iba recicimo cerca de la casa, mi mama y mi papá fueron a apagarla pero desde que pasó eso… nos encerramos y luego enterraron a mis hermanos al pie de la casa y a Isaac lo llevaban en la moto a la clínica.

Yo soy Adisbeth Peñaloza Mójica, iba en tercero de primaria y mi hermano Abatuel el que se murió estaba en quinto. El era sargento de la escolta, era muy estudioso. Yo estaba contenta en el Banco. Le ayudaba a mi mamá a hacer de comer para mis hermanos y me iba a trabajar con mi papá. Una vez estuvo un incendio y me fui a apagar la lumbre con él. Ese día que mataron a mis hermanos ellos iban contentos a trabajar. Al otro día estábamos lavando la camioneta llena de sangre, recogimos los casquillos de bala y se los dimos a la policía. Aquí en la ciudad no estoy a gusto hace mucho calor, la comida no está buena como allá, no sabe igual. Quisiera volver a mi casa, pero eso no se puede… queremos que nos cuiden, encontrar un lugar seguro para vivir…

Nosotros somos Isac y Adilid Peñaloza Mojica, lo que nos pasa no es para sentirse bien. Quisieramos que esto ya terminara, la injusticia, ya no queremos estar encerrados sin salir (como si estuviéramos en la cárcel), solo para lo más necesario.

Nuestro papá se oponía a que talaran el bosque, y eso les molestaba a muchas personas. Sentimos la muerte de mis hermanos pero vamos a seguir luchando. La muerte de nuestros hermanos nos da más fuerza. El gobierno dice que ellos murieron por un problema personal, de familia y eso no es cierto, murieron por el bosque…

A la gente que nos escucha les pedimos que nos apoyen, que se presione a las autoridades para que se hagan más responsables del caso, que le pongan más interés y encuentren y castiguen a los responsables de la muerte de nuestros hermanos, y que impidan que siga la tala en la Sierra de Petatlán, y que ya no persigan con órdenes de aprehensión por delitos inventados contra los que como a nuestro padre defienden el bosque.

A nuestros compañeros de escuela queremos agradecer toda preocupación, no los vamos a olvidar y queremos decirles que ahora que ustedes si pueden estudiar le echen ganas… para cuando sean grandes en vez de inventar delitos a los que cuidan los bosques, como lo hicieron con mi papá, mejor que inventen un gobierno que siembre muchos árboles y que castiguen a los que mataron a nuestros hermanos.

Por nuestra parte le pedimos a Dios que desaparezca a toda esa gente mala y no a los que sentimos que los bosques son parte de nuestra vida, porque nos dan lo que el dinero no puede dar, como es: el agua, oxigeno, frescura y los frutos de la tierra...

Fin del comunicado.

Creo que este texto que les leí vale más que cualquier declaración que yo pueda hacer sobre los Derechos Humanos en México dentro del actual clima político que, como dicen allá arriba, es electoral.

Compañeros y compañeras:

Antes les dije que hay personas que no pudieron venir y que mandaron su participación esperando que alguien la leyera. Para terminar nuestra intervención inicial en esta reunión como Comisión Sexta del EZLN, voy a leer una de las participaciones enviadas, con todo y su posdata, y a tratar de responder:

Fecha: 8/26/2005 00:47:20 -0500 De: Jorge Luis Muñoz.
Asunto: Pregunta. Estimados compañeros de la revista Rebeldía: Adjunto les envío un documento que quisiera se leyera en la reunión con personas a título individual o cuando así lo juzguen conveniente, ya que no podré asistir a la reunión por no tener con qué y por estar trabajando. En el documento planteo lo que creo debería ser la otra campaña como parte de lo que sería mi participación personal y de mi familia. Va una posdata de mi mujer en la que expresa libremente su opinión, producto de algo que le contó una amiga que estuvo con ustedes, la cual creo debe leerse también. Me gustaría me informaran si esto es posible y, en todo caso si se vale y el EZ acepta. Salud. Jorge Luis Muñoz.

Muy apreciables compañeros y adeptos a la sexta

Como no pude ir a verlos personalmente, me animé a escribirles una carta para decirles lo que creo que debería ser la otra campaña. Ya en el 2001 le enviamos al EZ una en la que pedíamos que salieran a dar a conocer la buena nueva de que había que echarle ganas al asunto de cambiar, ahora es buen tiempo de decir algo de lo que se piensa para ver si juntos trabajamos mejor.

Creo igual que ustedes que hay que crear un gran movimiento social, uno que arrastre a grandes sectores de la población a la construcción de las bases de su propia autonomía. Ya es tiempo de dejar de ser consejeros de la derecha y de andar haciendo conspiraciones para llegarle al poder. Con el PRD ya vimos que sin proyecto social sostenido desde abajo la corrupción, la desvergüenza y el cinismo no tardan en llegar. Nos va a costar mucho trabajo porque estamos acostumbrados a hacer planes de trabajo en base a proclamas, reclamos, demandas y una que otra marchita o mitin en la que después de desfogarnos nos retiramos a nuestros cubiles a seguir conspirando.

Mi paso por la izquierda desde que estaba en la vocacional fue puro conspirar. Nadie hacía nada, ni la CND que fundamos en Xochimilco, ni los zapatitos que venían en nombre del EZLN. Pura grilla como la que hace el PRD pero sin dinero de por medio y sin poder. Quizá por eso se cansaron muchos (casi todos), mucho conspirar y nada de nada, puras derrotas, colecciones de derrotas que colgaban de las paredes, de las cárceles y del cuerpo exhibidas como heridas de guerras ficticias. Por eso el PRD corrupto de ahora no es sino el reflejo de lo que hicimos en la izquierda.

Ebanista y carpintero casi toda mi juventud y ahora que ya estoy viejo, me acostumbré a que las cosas se hacían con trabajo, que el trabajo daba cosas que se podían ver y tocar. Incluso cuando me volví burócrata nunca dejé de pensar que el trabajo es para hacer cosas palpables. Ahora que soy profesor sigo pensando como cuando era obrero de la madera, sigo creyendo que hace falta una campaña para salir a hacer fábricas, para hacer hospitales, para hacer panaderías, escuelas y todo lo que la gente usa o quiere.

Conspirar y hacer constituciones es entretenido y yo le entro como siempre le he entrado a falta de otra entretención mejor que las telenovelas y el Internet, pero me gustaría que la otra campaña saliera a juntar a la gente alrededor de ella misma, o sea, a rehacer la vida colectiva y que para eso se hicieran empresas con el producto de donaciones, rifas, bailes, colectas, boteos, cantares en los camiones y cuanta actividad se nos ocurra para sacar dinero, y que las empresas las hiciéramos los que tenemos alguna experiencia en eso y quienes le quisieran entrar. Para vender lo que se haga tenemos un mercado de izquierda muy grande y ahora que la izquierda corrompida está en el poder, pues puede comprarnos muebles, ropa, zapatos, tabiques, peines y cuanta chuchería se nos ocurra hacer, al cabo dicen que siguen siendo de izquierda.

Creo que hay que hacer empresas sociales, que no son otra cosa que empresas capitalistas con la ganancia directamente orientada a la sociedad. Se que proponer es fácil, que lo difícil es hacer ya que si apenas nos apuntamos poco más de seiscientos ¿de donde van a salir los empresarios sociales? Cierto, ¿pero no toda campaña que no sea para conspirar o conseguir dinero del presupuesto público es descabellada? ¿La misma “otra Campaña” no es descabellada salvo por el hecho de ser convocada por el EZLN? ¿No fue descabellado poner de candidato a un torpe como Fox? De hecho, respirar es descabellado, cosa es de quererlo hacer.

Sabemos que es su privilegio hacer lo que ustedes quieran y lo que acuerden en estas charlas; al fin y al cabo los reflectores son del EZLN y de ninguna manera queremos robárselos o pedirlos prestados, pero albergamos la esperanza de que al menos contemplen la posibilidad de construir una base económica para apuntalar la autonomía de la gente. De hecho sabemos que hay muchos esfuerzos productivos dispersos, pues hay que publicitarlos y articularlos, hay que abrirles mercado y apoyarlos, hay que crear rutas de intercambio y de ventas y hay que unirlos al proyecto global que rescate la autonomía de la gente.

Hay que crear centros artesanales que vendan lo que la gente que construye su autonomía produce, hay que articular a los vendedores ambulantes a la producción autonomista. Hay que crear rutas de tianguis autonomistas y cine autonomista con las miniDV que venden en Tepito. Y ya que andamos haciendo de todo, hay que hacer una TV y una radio que dejen de tratarnos como estúpidos. En suma, hay que crear el mercado de izquierda y la marca autonomista.

Junto con la construcción de ese mercado y de la planta productiva autonomista, debe hacerse eso de trabajar en las comunidades para cambiar la forma de entender al mundo. Hay que desenmascarar a los enemigos del pueblo que no son otros que los políticos profesionales que se la pasan brincando de puesto en puesto, hay que crear alternativas de entretenimiento, cafés en donde se reúna la gente a discutir, centros de computo para que se puedan comunicar con todo el mundo, hay que acercar a la gente utilizando todos los medios posibles a la par que se construye una economía autonomista. Una constitución puede ser el medio de acercamiento de la gente y con la gente, como también lo podría ser crear empresas que den empleo a la gente de las comunidades para que tengan tiempo de discutir, para que la otra campaña se retrate en la sopa, en los zapatos, en la casa y en todo lo que a la gente le interesa y necesita.

Pero no los vamos a condicionar como condicionamos muestra participación en las redes ciudadanas, en donde les dijimos que a lo único que estábamos dispuestos a hacer era lo que ya dijimos, que no le íbamos a entrar a la grilla electorera (de todos modos ni nos pelaron, ellos solo salieron a pescar incautos). Con ustedes si jalamos aunque resulten mulas, y lo hacemos porque dijeron que no andan tras el poder y lo han demostrado todos estos años. Hablo por mí y por mi familia; si eso vale, ahí estamos.

Desde Xochimilco. Jorge Luis Muñoz.

P. D. Querido sub usted me cae muy gordo por sangrón payaso pues no es usted tan humilde como dice pues come como rico, pero bueno a lo mejor eso es pura envidia pos soy una pobre jodida como cualquier campesino; pero sí le digo que existen otras formas de cambiar el mundo, no solo derramando sangre; una de ellas es dejar de ser enajenado de cualquier pendejada como de los partidos o del guerrillerismo o del narco o de los darketos puritanistas, etc. soy madre como muchas mujeres y ya no me cuezo al primer hervor, pues todos los días enfrento, igual que muchas madres, el pensar en el día siguiente, en el camión de nuestros hijos, el que voy hacer de comer si ya no tengo ni pa frijoles, el material que les pidieron, etc. si hasta el cine se me olvidó como es, contimas un restaurante; pero eso ya me vale madre, si las madres pensáramos mas pegadas a la tierra otro guey nos cantaría PUES NUESTROS HIJOS SERIAN ELLOS NO los demás y eso va por usted pues en el campo o en la ciudad o en la alcurnia también hay pendejos enajenados como la modelo Campuzano. Pero no me diga que usted no come yogurt con frutas así como nosotros tomamos cocacola, así que el cambio esta en otro lado no en simulacros de protagonistas hipócritas, mentirosos y fantoches. Sin recelo hacia usted o cualquier otro me despido pero le pido como madre vieja que soy o como vieja madre que valgo madre, quitémosle la venda a nuestros hijos o hermanos de sangre (o no), mirar las cosas como la visnaga, no mas como es y lo ques y al menos el mundo será un poco diferente.

Atentamente yo, Chela.

Fin de la intervención de Don Jorge Luis y Doña Chela Muñoz. Ahora la respuesta:

EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
3 de Septiembre del 2005.

Para: Don Jorge Luis Muñoz y Doña Chelita Muñoz.
Xochimilco, México, D.F.
De: SubMarcos.
Chiapas, México.

Reciban nuestros saludos. Como se enterarán, el texto de Don Jorge fue leído, de acuerdo a su petición, en la reunión de personas a título individual, familiar, de calle, comunidad, barrio o vecindad, del 3 de septiembre del 2005 en el poblado de Dolores Hidalgo, Municipio Autónomo Rebelde Zapatista “San Manuel”. Yo mismo me encargué de la lectura del documento y de la posdata de Doña Chelita, en presencia de todos los asistentes, incluyendo la comunidad que nos recibe, la prensa nacional e internacional, y las orejas de los malos gobiernos, los partidos políticos y los empresarios. Su propuesta ha sido escuchada y será tomada en cuenta con seriedad.

Doña Chelita: Qué bueno que empieza usted la posdata con un “querido Sup” y que termina diciéndome que no me guarda recelo, porque si no hubiera pensado que está usted enojada conmigo. No sé que le contó su amiga, pero sí le puedo decir lo siguiente: ni yo ni ninguno de mis compañeros y compañeras insurgentes comemos como ricos, y no porque nos falten ganas o medios. Si quisiéramos comer como ricos ya nos hubiéramos vendido o nos hubiéramos rajado de zapatistas y estaríamos haciendo fila en las oficinas de algún partido para que nos dieran una candidatura. Yo, en lo particular, en veces como si hay, y en veces no como manque haiga. No es que cuide mi figura (ya ve usted que estoy panzón), ni que me haga el pupurufo con el menú (invariablemente es de frijol, tortillas, además de, a veces arroz y a veces sopa de pasta; dos veces al día: una a las 8 de la mañana y otra a las 5 de la tarde, y al mediodía una taza de pozol o de café, a escoger), no, lo que pasa es que, por ejemplo, cuando hay reunión preparatoria de la Sexta me entra la preocupación de lo que vamos a decir y de cómo lo vamos a decir, de si ya llegaron los comandantes y comandantas, de si ya se pusieron de acuerdo quién va a hablar, de si ya hicieron el escrito de lo que van a decir, de si ya jala el equipo de sonido, de si ya llegaron los de Rebeldía, de si hay gasolina para el motor, de ónde andan las patrullas de los federales, y cositas así. Entonces pues como que se va el hambre, o sea que, como decimos acá, nomás no baja nada. Creo que es mi modo, porque ahí tiene usted que el finado SubPedro, que era el segundo al mando del EZLN y que murió en la toma de Las Margaritas el 1 de enero de 94, era al revés. O sea que a él con la preocupadera más hambre le daba. Y es que yo siempre le dije que tenía estómago de zopilote, porque le entraba a todo y nada le hacía daño, comía mucho y seguía flaco y fuerte. Bueno, pero entonces déjeme le cuento: no siempre comemos puro frijol y arroz o sopa, en veces llegamos a un pueblo, muy de vez en cuando porque nosotros no vivimos en pueblo sino que en campamento, en la montaña. Pero a veces, como ahora que estamos bajando a las reuniones, pues llegamos a un pueblo. Y pues qué le cuento Doña Chelita, los compas se ponen contentos porque ya ve que luego hay maldicencias: que el Sup ya se rajó, que ya se fue de indocumentado a los Estados Unidos; que ya se murió, que ya anda en las redes ciudadanas de apoyo a AMLO, y esas cosas que luego andan diciendo los priístas para ver si desmoralizan a los compas.

Y los compas pues se mantienen firmes y no lo creen, y ya luego pues nos ven y me ven y se ponen un poco contentos porque los que andan malhablando también nos ven y se quedan callados, nomás rumiando su coraje. Y los compas echan alegría y matan pollo y nos mandan caldo. Y ahí se ve claro cuándo es que el caldo lo hacen compañeros y cuándo lo hacen compañeras: porque cuando son hombres los que cocinan pues es caldo a la “pela vaca” o sea pura agua caliente con sal y una pieza de pollo; y cuando son mujeres pues viene con su verdurita, su “recado” le dicen acá. Y en veces le entramos y en veces no le entramos. No le hacemos el feo al caldo manque sólo tenga sal, es que luego estamos en lo de la escribidera, como ahorita que le estoy escribiendo estas líneas, Doña Chelita.

Oiga Doña Chelita, dice usted que yo como yogurt con frutas. Pues no, no como yogurt con frutas. No me gusta. Yo estoy a favor de la gordura natural y no de la delgadez plástica. El que sí come yogurt, con o sin frutas, es un compa oficial insurgente que anda aquí conmigo, a la vuelta y vuelta. Tampoco le gusta, pero tiene que. Y es que resulta que está tomando una medicina que le chinga la panza, o sea que le mata la flora intestinal, así dijo la compañera Capitana Insurgenta de Sanidad. Y entonces, para que aguante la medicina, tiene que zamparse su yogurt, manque haga caras como si fuera jarabe para la tos. Y la medicina que toma este compa es porque está chueco de la columna, o sea que como el compañero Pingüino, pero en ser humano. Y no es porque de por sí nació chueco, sino que, antes de hacerse insurgente zapatista, pues era albañil, y desde chavo andaba en eso de una de cal por las que van de arena, y arreando los botes de mezcla, y dale con la cuchara y el ladrillo o el block, según, y luego a repellar. En esas andaba cuando hace muchos años le llegó nuestra palabra y anda vete, cambió la media cuchara por un fusil y se vino a la montaña. Entre cargar bultos de cemento, y subir y bajar lomas con la mochila, se le perjudicó la columna vertebral. Pero no crea que se olvidó de su trabajo, de vez en cuando se pone a chambear en los caracoles y en las comunidades, deja el fusil, y vuelve a agarrar la media cuchara y dale a levantar casas o escuelas o clínicas. Se ve rápido cuáles son las construcciones que él ha levantado porque están un poco chuecas, como su columna vertebral. Ahorita está aquí, frente mío mientras le escribo a usted, escondiendo su taza de yogurt de durazno para no comerlo, y yo le estoy diciendo “Ora te tienes que zampar todo el yogurt porque por tu culpa ya me criticaron por sangrón y payaso”. ¿Usted cree que le da pena? Si está rise y rise. ¿No le digo? No hay derecho…

Ya para terminar, Doña Chelita, nosotros también estamos de acuerdo con usted en que existen otras formas de cambiar el mundo y no sólo derramando sangre, por eso no los estamos llamando a la guerra sino a “otra campaña”, donde usted, y gente como usted, diga su palabra y haya alguien, al menos nosotros, que la escuche.

Ya me despido, Doña Chelita, reciba mis respetos y mi abrazo, sin yogurt y sin frutas, pero sincero.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Septiembre del 2005.