EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.


Calendario de la resistencia

NOVIEMBRE: MORELOS, LA UNDECIMA ESTELA.

(La historia, cansada de andar, se repite arriba y abajo)

Toma la historia la mano y toma la mirada. Con ambas da vuelta a otra hoja del ya delgado calendario. Ahí está el noviembre del Día de Muertos y el Morelos de Emiliano Zapata.

En el estado de Morelos (más de millón y medio de habitantes, y más de 60 mil indígenas), una vieja historia se repite: en el gobierno mandan la reacción y la corrupción estúpidas, y en el pueblo camina una rebeldía inteligente.

Y en el papel de la reacción y la corrupción: el gobernador Estrada Cajigal y su secretario de Gobierno, Becerra. Ambos están vinculados al robo de vehículos y al narcotráfico. Repitiendo la historia de principios de siglo, hay una lista negra de personas que serán "eliminadas" por un matón, contratado por el procurador de Justicia estatal Montiel. Mientras en el Congreso local se revisa si se destituye a Estrada y el jefe de la policía ministerial, Pimentel, ha iniciado una investigación contra el procurador y los que resulten responsables.

Amigo de francachelas, Sergio Estrada Cajigal mantiene una disputa con el gobierno municipal de Cuernavaca. ¿El motivo? Un antro en el centro de esta ciudad. En enero el gobierno estatal otorgó los permisos para que operara, pero el municipal los negó. El antro se abrió y a la semana el ayuntamiento, con la policía municipal, realizó una redada. El gobierno estatal volvió a expedir los permisos y el municipal los limitó a una determinada hora. Dimes y diretes, hasta que la Agencia Federal de Investigación (AFI) lo cerró.

Además de promover antros, robar autos y hacer negocios con el narcotráfico, Estrada Cajigal se da tiempo para pilotear personalmente el helicóptero propiedad del estado. En él pasea, en compañía del Firulais Loyola, a mujeres de la vida galante. "Ahí va el helicóptero del amor", dicen los morelenses cuando ven pasar por los aires a su gobernador.

El gobierno de Morelos, como en la época porfirista, está haciendo su mejor esfuerzo para agradar a los grandes empresarios. En el oriente del estado, en la zona ejotera y cañera de Tenextepango, Ahuehueyo, Ocuitoco y Temoac, se está presionando a los ejidatarios para que cedan a la construcción de una carretera que precisamente facilitaría el paso hacia las maquiladoras de Guerrero. El plan es expropiarles sus tierras "por causa de utilidad pública", como reza el artículo 27 constitucional reformado en el sexenio salinista. Si se hace, dicen los campesinos, "tendrán que darnos una pensión vitalicia tanto a nosotros como a nuestros descendientes, porque nunca nos van a pagar lo que produce la tierra".

Así, el problema que con más frecuencia enfrentan las comunidades del oriente, y otras partes de Morelos, es la venta o expropiación de la tierra. Es como si se estuviera dando el primer paso para el despliegue de las industrias maquiladoras y los megaproyectos. A ello se suman los proyectos relacionados con el turismo, con el pretexto de los cuales se están instrumentando despojos de tierras y aguas.

Además de la presión externa que tienen los campesinos para ceder su tierra, en Morelos, que tradicionalmente es proveedor de caña de azúcar, se vive la crisis ocasionada por la introducción de la fructosa de maíz a la industria de los refrescos y los dulces (que está avalada por las "cláusulas secretas" del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en donde se permite la entrada de este edulcorante de manera masiva, en perjuicio de la producción azucarera nacional). El cálculo es perverso: empobrecidas por la caída en el azúcar de caña, las comunidades se verán obligadas a vender sus tierras ejidales para la instalación de maquiladoras y centros vacacionales. Pero eso no es todo, a algunas comunidades que han sido obligadas a vender su tierra ahora se les niegan los pagos (es el caso de Zacatepec).

En la lógica del gran capital, la producción de alimentos no es prioritaria. Deja más dinero la producción de flores de ornato. Por eso se puede ver que en Morelos hay cada vez más viveros. Pero, como en los tiempos de las haciendas porfiristas, la gente que trabaja en ellos es superexplotada. Permanecen en el vivero 12 horas por turno, o más, sin pago extra. Y los abusos son continuos porque hay mucha oferta de mano de obra debido a la crisis agrícola y a la falta de tierras.

La "coordinación" de "esfuerzos" entre gobierno y empresas es criminal. Los programas gubernamentales (Progresa y Procampo) otorgan, a lo mucho, unos 800 pesos mensuales por familia. Eso prepara a la gente para conformarse en las maquiladoras con sueldos de 350 pesos semanales. Esto ocurre en los municipios de Tecajé, Tenextepango, Ahuehueyo, Las Piedras, Temoac, Potlán, Xalostoc, Tlayecac.

¿Le parece que exagero al señalar semejanzas con la época porfirista? Bueno, vayamos a ver las condiciones laborales del Invernadero Internacional que se encuentra ubicado a dos kilómetros al norte de la autopista Cuautla-México, cerca de la caseta de Oacalco. El propietario es un señor de procedencia alemana. El principal producto que genera son plantas de ornato de exportación hacia Canadá y Estados Unidos con un valor aproximado de cinco dólares estadunidenses por planta. La mayoría de los trabajadores son mujeres, variando edades desde 15 hasta 50 años. Es un secreto a voces que existen menores de edad. Todas ellas vecinas de los poblados cercanos como El Golán, Santa Catarina, El Empalme, Las Vivianas, Oacakci, El Capulín, entre las más importantes. Laboran ahí aproximadamente 400 personas. El horario de trabajo es de 7:00 a 18:00 horas de lunes a sábado, con un descanso el domingo (esto es seis días a la semana). Tienen 30 minutos para comer durante la jornada. Dependiendo del tamaño de la producción que se tenga que entregar, este horario se puede prolongar hasta las 20:00 o 21:00 horas. ¡De 11 a 14 horas de jornada laboral! Las horas extras no son pagadas en términos monetarios sino en tiempo, esto es, con horas de descanso. No obstante, persiste una irregularidad en cuanto al registro de las horas extras, pues no existe checada de salida, lo cual general un trabajo extra no recompensado justamente, ya no digamos legalmente. Respecto al pago del salario también existen diversas irregularidades. Por un lado está el hecho de que el salario es de 500 pesos semanales (esto es unos 90 pesos diarios), pero por otro lado se tiene información de que un día no trabajado es descontado a 120 pesos, además de que si el trabajador llega con cinco minutos de retraso se ve castigado con un descuento de 25 pesos. No sólo eso: el reloj checador de entrada está adelantado cinco minutos, y se toca una chicharra por primera vez cinco minutos antes de la hora de entrada, y por segunda y última vez es sonada, indicando de este modo que el trabajo inicia.

Esto implica que el trabajador tiene que estar por lo menos 15 minutos antes del inicio de las labores para poder equiparse con los aditamentos necesarios para laborar. El equipo no es para proteger a los trabajadores, sino para que no "contaminen" las plantas. En el momento de la fumigación de las plantas, los trabajadores no tienen ni siquiera "cubre bocas", mucho menos máscaras antigases.

Ahora venga conmigo a Cuautla, a la colonia Iztaccíhuatl. Aquí se permitió el funcionamiento de unas 16 maquiladoras. Aunque algunas de éstas funcionan como pequeñas industrias familiares, en realidad maquilan para grandes empresas. Cada miembro de la familia está sujeto al pago según las tarifas de las maquiladoras del lugar, es decir, se les paga como a cualquier otro trabajador. Se dice que estas maquiladoras son clandestinas porque se encuentran dentro de casas que no están acondicionadas para funcionar como industrias textiles. Aquí se fabrican productos que son exportados a Japón y Canadá, además de surtir a Comercial Mexicana.

¿Los salarios? Para las personas adultas en el área de costura el sueldo varía de 350 a 400 pesos semanales, en el área de corte va de 250 a 300 pesos semanales y en empacado va de 150 a 200 pesos semanales. Por su parte, los niños, que trabajan en cortar tramos de elástico, deshebrado de prendas y ordenamiento por tipo de prenda, perciben un salario de 100 a 150 pesos semanales. Todos los trabajadores, niños, jóvenes y adultos tienen un horario de trabajo de 7:00 a 18:00 horas de lunes a viernes y de 7:00 a 14:00 los sábados. En este horario cuentan con 15 minutos para desayunar y una hora para comer (no hay comedor, así que, o llevan lonche o comen gansitos). Si el trabajador utiliza más tiempo del establecido para comer, lo debe reponer al final de la jornada. Respecto al pago de horas extras, este va de 10 a 14 pesos, sin embargo, el pago efectivo de éste está determinado por la voluntad del patrón, es decir, si él quiere pagarlas las paga, si no, no.

El pago del salario va atrasado con una semana, ya que la primera semana que laboran no se les paga. De este modo aseguran su presencia en la siguiente semana. También se ha detectado que no todas las veces se les paga la semana completa y más bien se les abona una parte de su salario en calidad de préstamo.

Por otra parte, los días festivos son trabajados y pagados como días normales, no conforme a la ley. Los trabajadores no cuentan con prestaciones de ley, no están inscritos al Seguro Social, no hay reparto de utilidades, ni aguinaldo, ni vacaciones (lo más cercano a esto último es que, cuando no hay trabajo qué maquilar los mandan a descansar de una a dos semanas, aunque sin derecho a sueldo). En caso de enfermedad o accidente laboral no se les da asistencia médica, y si a causa de la enfermedad no se presentan a laborar se les descuenta el día. En cuanto a las obligaciones laborales se presentan también diversas irregularidades. Por ejemplo, si una trabajadora sabe del manejo de distintos tipos de maquinaria, es asignada a una máquina conforme a las necesidades de producción del día, es decir, se le puede asignar tanto el manejo de una máquina sencilla como el de una de mayor riesgo, sin que por ello se le retribuya con un pago más alto debido al riesgo que implica su manejo. Aparte de las labores de sus áreas asignadas deben realizar otras actividades ajenas, como es el lavar trastos, barrer, limpiar, etcétera, ya que no se cuenta con personal de intendencia o aseo.

En estas condiciones se trabaja en el "modernizado" estado de Morelos. ¿Y el secretario del Trabajo, Abascal? Repartiendo bendiciones.

Pero, también como en los tiempos de don Porfirio, los morelenses se rebelan. La lucha del pueblo de Tepoztlán contra la construcción de un club de golf (ahora hay un proyecto parecido para Anenecuilco) y la de Tetelcingo contra la instalación de un aeropuerto, son algunos ejemplos.

El enfrentamiento entre el gobierno panista y el pueblo campesino y urbano de Morelos crece. En la industria textil Confitalia se dio una lucha fuerte por parte de su sindicato (compuesto en su mayoría por mujeres). La respuesta fueron despidos y amenazas. Lo mismo encontraron los trabajadores del Hospital del Niño.

Allá está la lucha de los campesinos ejidatarios de los pueblos de Popotlán, Huazulco y Amilcingo, pertenecientes al municipio de Temoac, en el oriente de Morelos, por el cumplimiento del convenio realizado entre los gobiernos de Morelos y Puebla sobre el deslinde de tierras colindantes. A pesar del acuerdo oficial, se emitió un decreto por el cual tierras de estos tres pueblos pasan a formar parte de San Marcos, municipio del estado de Puebla. En el caso de Popotlán esta división implica separar Popotlán Viejo. Por otra parte, los mismos pueblos han luchado por la cancelación del proyecto carretero llamado Milenium, cuya construcción se haría sobre el despojo de parte de sus tierras, ya que la carretera cruzaría sus ejidos.

El problema de la carretera tiene ya seis años aproximadamente; anteriormente el proyecto pasaba supuestamente por otros terrenos ejidales. Los pueblos afectados, entre ellos Tenextepango y Popotlán, se constituyeron en una organización llamada Ejidos Unidos del Oriente de Morelos Emiliano Zapata (EUOMEZ). Los campesinos quitaron los registros que los ingenieros ponían para marcar los lugares por donde pasaría la carretera sobre sus terrenos, lograron de manera legal detener el proyecto, pero entonces el proyecto cambió de lugar y, sin dejar de afectar a Popotlán, el trazo de la carretera se realizó sobre los terrenos ejidales de Huazulco y Amilcingo. Un problema, el de la carretera, se encimó con otro, el de los deslindes.

En Amilcingo está la sede de la Normal Rural Femenil Emiliano Zapata, que es bastante combativa. Huazulco trata de unirse internamente. La asamblea ejidal de Popotlán ha optado por no estar con los partidos, además del comisariado ejidal en Popotlán y en los tres pueblos tiene mucho peso un campesino llamado don Lorenzo, ex presidente municipal independiente de Temoac. Don Lorenzo, tal vez recordando las enseñanzas de Emiliano Zapata, siempre ha permanecido con los ejidatarios y los pobladores de Popotlán, nunca ha estado en ningún partido político y ha participado en las luchas de la asamblea ejidal por defender las tierras. Y, como Zapata, es un hombre respetado y su palabra es escuchada. Así que la nube se hace piedra de nuevo y escucha atenta:

El problema de estas tierras viene de atrás, desde los años 40, según cuenta don Lorenzo, y ya ha habido en otras épocas enfrentamientos entre ambos pueblos. Se reavivó a raíz de la firma del convenio, que fue lograda gracias a la insistencia de los de Popotlán y algunos de Amilcingo. San Marcos (Puebla), según su carpeta de dotación, tiene alrededor de 3 mil hectáreas, sin contar las de Popotlán Viejo (que son las que están en disputa); Popotlán sólo tiene poco más de 500. Y hay gente que no tiene dónde sembrar y trabajar.

El problema en Popotlán es que el ex comisariado de Popotlán, Francisco Aragón, presuntamente firmó cesión de terrenos en favor de San Bartolo y San Marcos, en Puebla, y es ahora candidato del PRD para la presidencia municipal de Temoac, que esta vez le toca a Popotlán (la presidencia se rota entre los cuatro pueblos: Amilcingo, Huazulco, Popotlán y Temoac, la presidenta actual es de Temoac, y según este acuerdo, esta vez le toca a Popotlán; sobre esta estructura rotativa, se montan las elecciones).

Con los campesinos de Popotlán están los de Tenextepango, que fueron fundamentales para parar la construcción del tramo carretero.

Después de escuchar y aprender de don Lorenzo, la piedra se va a Amatlán de Quetzalcóatl, para aprender de don Aurelio y la historia de su pueblo en defensa de la tierra, el agua y los recursos comunales.

Más allá está Ocotepec. Ahí la tienda Soriana despojó a la comunidad de terrenos para construir un centro comercial. La movilización de la gente y el apoyo de abogados honestos (que todavía los hay) permitió detener la construcción y están en juicio. A pesar de tener todo en contra (autoridades, medios de comunicación, empresas y juzgados), los habitantes de Ocotepec se mantienen firmes.

El caso de Ocotepec, junto con otros, es parte de la estrategia del gobernador Estrada Cajigal para apoderarse de las tierras comunales. El gobernador recientemente cambió el uso de suelo en toda Cuernavaca, para que se pueda construir lo que sea (es decir, buen negocio para las constructoras de centros comerciales y cosas por el estilo).

Ahora va la piedra a la colonia Ahuehuetitla, en Cuernavaca. Las mujeres, organizadas como parte de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), cuentan del problema de una invasión en fechas recientes: una persona externa al pueblo intentó dividir a los comuneros y se organizó con una minoría para invadir tierras sin acuerdo de la asamblea del pueblo, una parte de las tierras que pretendían tomar son comunales y otra parte son propiedad privada cedida y acordada por la asamblea. El comisario de bienes comunales advirtió a estas personas que el pueblo no apoyaría la invasión, pero de todas formas lo tomaron. Entonces entró la policía municipal, desalojó y se llevó detenidas a varias personas, entre ellas la que encabezaba la invasión. Los comuneros ven esta situación como un intento del gobierno estatal para dividir al pueblo ante el problema de la concesión de tierras a la tienda Soriana, que el pueblo rechaza, y que está suspendido y en pugna.

¡Un momento! ¿Dijo usted Comunidades Eclesiales de Base? ¿Qué no desaparecieron cuando murió don Sergio Méndez Arceo? Pues no, no desaparecieron. A pesar de los ataques que han sufrido por parte de la jerarquía eclesiástica que sucedió a Méndez Arceo, las CEB resisten y mantienen su trabajo comprometido con el pueblo. Como en la colonia Santa María, en el norte de Cuernavaca. O la colonia Lomas de Cortés y, cerca de ésta, una colonia irregular de desplazados que viven en las vías del tren. La colonia se llama Ahuehuetitla y muchos de los niños de ahí trabajan en la calle, roban y casi todos se drogan y están involucrados en la distribución de droga. La violencia familiar es muy alta: maltratos, violaciones, suicidios. Con ellos trabaja una ONG llamada Caminando Unidos que tiene una escuelita de artes y oficios, cuyo objetivo es rescatar a la infancia.

Ahora va la piedra al sector Ahuehuetes del pueblo de Santa María. El pueblo está dividido geográficamente en dos partes, al este y al oeste de la carretera federal a México. El sector Ahuehuetes está en la parte oeste del pueblo; en el norte de Cuernavaca. Aquí, como en muchas partes del México rebelde, hay muchas mujeres luchadoras. En Ahuehuetes, Ocotitla, Emaús, Monasterio y El Sector las mujeres se organizan para resolver los problemas que el gobierno desatiende. Los de Ahuehuetes tienen el problema de la luz. Desde hace más de 10 años luchan contra la Compañía de Luz y Fuerza que les exige hasta 10 mil pesos por poste y aparte otro cobro por instalación en cada casa. Las mujeres están muy inconformes con esto y buscan organizarse, aun sin el apoyo de sus maridos, pues éstos les dicen: "si te peleas con el gobierno después no vas a tener escuela para tus hijos".

En el sector Ocotitla, son amos y señores los japoneses Watanabe, dueños de laboratorios fotográficos en Cuernavaca; estos neocaciques compraron en forma irregular muchas de las tierras del sector Ocotitla, y hoy exigen que los pobladores pobres de este lugar se marchen de "sus tierras".

Hace unos años, los colonos ganaron un pleito contra el hotel Del Prado, un monstruo gris que les da la espalda y contrasta con las casas de palos y cartón, o las construcciones irregulares de los pobladores de Ahuehuetes, enclavadas en la parte más alta de la cañada que flanquea el occidente de Cuernavaca, la misma donde se construyeron Casas Geo durante la presidencia municipal del actual gobernador Sergio Estrada Cajigal. Los comuneros vendieron sus tierras a bajos precios y fueron reubicados en predios donde supuestamente habría servicios, pero los servicios nunca llegaron. El entonces presidente municipal también desplazó a los habitantes de la barranca contigua para crear el puente vial que une el occidente con el centro de Cuernavaca, para que los compradores de Casas Geo tuvieran una vía de acceso y fuera mas rápida su venta. Los dueños del hotel Del Prado protestaron contra el "mal aspecto" que Ahuehuetes brindaba a sus clientes, así que pidieron su desalojo, los habitantes se organizaron para resistir y el hotel tuvo que cancelar las habitaciones que daban hacia la cañada.

El despojo neoliberal no es sólo de tierras, es también de historia y de cultura. Pero, afortunadamente, también encuentra resistencias.

Al proyecto de convertir el Casino de la Selva en un centro comercial se opone el Frente Cívico Pro Defensa del Casino de la Selva. Formado, entre otras organizaciones, por el Colectivo La Neta, los Guardianes de los Arboles, SERPAJ-Morelos y el Consejo Ciudadano de Artistas e Intelectuales en Defensa de la Cultura del Estado de Morelos, el Frente Cívico ha enfrentado la cerrazón del gobernador Estrada Cajigal con firmeza, aun a pesar de la represión.

Con lujo de violencia, los miembros del Frente Pro Casino de la Selva fueron atacados por fuerzas del gobierno en el mes de agosto de 2002. Resultado: presos y golpeados. ¿Se rindieron? No. La sociedad civil morelense se organiza entonces y realiza una de las marchas de protesta más grandes en la historia reciente de Morelos.

Más acá, en el calendario, lo más reciente que hicieron fue que seis de ellos se metieron al Salón Verde de la Cámara de Diputados y se desnudaron en protesta. Además, mantienen un plantón-ayuno en las puertas del palacio de gobierno estatal.

Pero el espíritu rebelde de Emiliano Zapata no sólo está en los campesinos, indígenas, obreros, CEB e intelectuales morelenses.

También alumbra el paso de los jóvenes.

Ahí está, por ejemplo, el Colectivo Anarco Punk CLAT (Colectivo Libertario Anti Todo). Algunos jóvenes forman parte de la red punk RIVAL (Red Informativa de Voces Autónomas Libertarias) y de la Coordinadora Estatal Anarco Punk. El proyecto de los jóvenes punk está vinculado al trabajo comunitario en colonias populares. A pesar de ser hostigados continuamente por la policía, estos jóvenes, sin dejar de ser lo que eligieron ser, se ligan a otras luchas. Tal vez porque entienden bien que el mañana se construye con muchas rebeldías.

Cree la nube que mi general Zapata estaría satisfecho al ver la rebeldía que, a pesar de todo, resiste y florece en Morelos. Por eso, sonríe la piedra cuando deposita una nube azul, en forma de flor, en la tumba del jefe del Ejército Libertador del Sur y Comandante Supremo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Y, animadas por la memoria de Emiliano Zapata, piedra y nube encaminan su paso rebelde hacia Milpa Alta, suelo indígena y digno en la orilla de la tierra que se crece hacia arriba, la ciudad de México.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos.

México, Enero de 2003.