Hermanos y hermanas:

Queremos darles las gracias a todas a las que nos acompañaron en la marcha por los 12 Estados.

Gracias hermanos por habernos recibido y escuchado en los pueblos y ciudades donde pasamos; también gracias por habernos brindado nuestra seguridad.

Las llamamos a todas hermanas obreras, maestras, amas de casa, costureras, doctoras, empleadas, barrenderas, mujeres lesbianas, artistas, vendedoras de la calle y trabajadoras de los medios de comunicación honestos, les hacemos un llamado a organizarse donde sea que estén ya sea en sus trabajos o en sus casas en la ciudad, para exigir nuestros derechos que merecemos y para acabar con la injusticia para que para que sean reconocidas en sus trabajos y tener un salario justo, porque solo unidas y organizadas podremos lograr la justicia.

Nuestra marcha no es la última si no que es el principio para seguir luchando por nuestros derechos.

El largo camino sigue por encaminar y nunca terminará porque lo que ganamos un día ya no podemos retroceder si no que seguiremos hasta llegar al final.

La semilla queda sembrada pero se necesita alguien quien la riega para no morir y para dar buenos frutos, también se necesita alguien para cosechar.

No podemos permitir que se seca porque necesita seguir alimentando, se necesita seguir regando y limpiando para cosechar mejores frutos en abundancia.

No es tarea solo de los zapatistas, es compromiso de todos cuidar, hacer crecer porque en ella está la esperanza, quedarse congelado es permitir que continúe la injusticia y la desigualdad.

Invitamos a mantenernos equilibrado sin ver hacia atrás porque una vez logrado nuestra demanda, velar para que no sea pisoteado un día.

¡Democracia!

¡Libertad!

¡Justicia!

Desde el Palacio Legislativo de San Lázaro, Congreso de la Unión.

Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena- Comandancia General

del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Comandante Esther.

Marzo 22 del 2001.

México, D.F