Hermanos y hermanas de Toluca.

A nombre de mis compañeras de esta delegación, por mi voz habla el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

A lo largo de más de 500 años miles de nuestros hermanos han muerto por la explotación, la marginación, discriminación y desprecio y el olvido. Principalmente nosotras las mujeres mueren por el parto porque no tenemos clínicas donde se atiende como debe ser una atención de salud, según dice el mal gobierno que ha construido clínicas en las comunidades pero pura casa de elefante llenos de telarañas, de ratones porque no hay doctores que atienda las emergencias, no hay medicinas suficientes que satisface nuestra salud. Por eso muchas mujeres mueren sus hijos en sus brazos de enfermedades curables. Así ha sido siempre su dolor las mujeres.

Nosotras hemos sufrido tres veces más.
Uno: por ser mujeres. De por sí las mujeres de México no tenemos las mismas oportunidades que los hombres.
Dos: por ser mujer indígena. Sufrimos la marginación y la discriminación y no nos han dado nuestro derecho.
Tres: Por ser mujer pobre. Es porque no tenemos alimentación, no tenemos buena casa, no tenemos servicio de salud, no tenemos estudios y sobrevivimos en la miseria.

Para vivir nuestra vida, tenemos que ayudar a nuestros hombres para la atención de nuestra triste cocina, para la atención de nuestros hijos. No es que acusamos a nuestros compañeros por haraganes, es que nos vemos obligadas para hacerlos, porque sino hacemos nuestro esfuerzo, moriríamos de hambre.

Porque nosotras las mujeres somos las que cuidamos y lo que vemos todas las necesidades de la familia.

Nuestro producto no nos pagan bien y lo que compramos para lo necesario pagamos muy alto la medicina, la ropa y lo que utilizamos en la cocina y otras cosas más.

Vimos este sufrimiento y sacrificio en sangre y en vida sin esperanza y por esta gran desesperanza tomamos la decisión de organizarnos con nuestra rebeldía para pedir lo que nos hace falta.

Y lo que encontramos como respuesta de nuestra demanda fue la persecución, la humillación pero no pudieron ver nuestra rendición. Ahora nosotras las mujeres zapatistas estamos organizadas, tenemos trabajos en colectivos, tienda cooperativas y participamos en todos los trabajos. En nuestra organización hay compañeras insurgentes, mayores, compañeras milicianas, compañeras responsables regionales, compañeras responsables locales.

Por eso hermanos y hermanas les hacemos un llamado a todo el pueblo de México que luchemos todos juntos, ya es tiempo que nuestros derechos se escriba en la Constitución Mexicana. Ya es justo que se garanticen nuestros derechos.

Es nuestra palabra como mujer, caminemos junto con los hombres. Solo ellos no podrán y solas nosotros tampoco podemos. Pongamos más nuestro empeño, consolidemos nuestra organización luchadoras social.

Nosotras como mujer zapatista seguimos adelante con nuestra lucha ¡No más engaño! Desde aquí le decimos al gobierno que ya no ponga más en vergüenza nuestra dignidad indígena. No descansaremos hasta lograr la

¡Democracia, libertad, justicia!

¡Nunca más un México sin las mujeres!

CCRI CG del EZLN

Desde Toluca, Estado de México

Comandante Esther
5 de marzo 2001.