Comunicado del Comité Clandestino Revolucionario Indígena -
Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

México.

A: Oscar Chávez

Don Oscar:

Le escribimos a nombre de todos los hombres, mujeres, niños y ancianos del EZLN. Sabemos que usted ha realizado un disco con música dedicada a Chiapas y a los pueblos indios que resisten con dignidad, y que también ha decidido hacer una presentación de ese disco en el Aguascalientes de Oventic, Chiapas, en territorio zapatista, el día 11 de junio de este año.

Nosotros sabemos de usted hace mucho tiempo. Admiramos siempre su calidad artística, su investigación histórica de nuestras raíces musicales y, sobre todo, su permanente compromiso con las causas más justas. Ahora nos honra el que usted escoja territorio zapatista para presentarse públicamente. No es común que un artista de la estatura moral y el prestigio de Oscar Chávez actúe en territorio rebelde. Créanos que lo sentimos más cerca de lo que puedan reflejar estas líneas, y que sentimos que su canto en estos suelos encontrará el eco que la esperanza siempre merece y consigue.

Queremos que sepa que lo recibiremos como un hermano grande (que eso es para nosotros) cuando llegue a Oventic. Las difíciles condiciones de militarización y el clima de persecución que padecemos los zapatistas hacen prácticamente imposible que miembros del CCRI-CG del EZLN puedan asistir personalmente a su concierto (y ganas no nos faltan, hasta el Comandante David ya afinó su guitarra). Aun así, quienes son los mandos reales de nuestra lucha, las bases de apoyo zapatista, estarán presentes para escucharlo, para acompañarlo y, sobre todo, para hacerle sentir nuestra gratitud y admiración.

Aunque no podremos estar presentes, sepa usted que ahí estaremos, representados en esos hombres, mujeres, niños y ancianos indígenas que lo escucharán y aplaudirán. No sólo por su calidad artística, también y sobre todo por su calidad humana. En nuestras posiciones de montaña, la música de sus canciones es ya parte de nuestra cotidianeidad, y no son pocas ni las noches ni las lluvias que nos sorprenden cantándolo (si desafinamos un poco, cárguelo usted al peso del arma o de la memoria). Sea bienvenido a tierras zapatistas, último rincón de la dignidad rebelde.

Vale. Salud y que el concierto de la paz sea entonado alguna vez de la única forma en que es posible, es decir, con dignidad.

Desde las montañas del Sureste Mexicano

Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Comandante David, 

México, junio del 2000