Conferencia de Prensa,

San Andrés, 13 de mayo de 1995.

Elio Henríquez, corresponsal, y Juan Antonio Zúñiga M., enviado, San Andrés Larráinzar, Chis., 13 de mayo. El silencio que imperaba entre los reporteros y el grupo de indígenas que aguardaban para ver a los delegados zapatistas se hizo mas grande cuando el comandante Guillermo atajó: "No venimos a pedir perdón, ni disculpas al gobierno. ¡Jamás! Que lo sepa todo el mundo. No venimos a arrodillarnos ni a hincarnos. El levantamiento armado es una causa justa".

Con su escaso español, el indígena quiso que no quedara ninguna duda sobre la posición zapatista y afirmó que "no venimos a rendirnos ni a entregar las armas. Venimos a platicar con los delegados del gobierno para buscar una solución pacífica y de buena manera".

Las declaraciones de los negociadores rebeldes fueron hechas a las 21 horas, luego de que concluyó sin acuerdos concretos la sesión de este día, que inició a las 9 de la mañana con ciertos problemas debido a que en los representantes oficiales supuestamente causó molestia el hecho de que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) hubiera dado a conocer públicamente anoche su rechazo a la propuesta del gobierno, antes de llevarla a la mesa.

En su turno, el comandante Tacho aseguró: "Es claro que el Palacio Nacional no lo queremos. No va a solucionar la pobreza. No lo queremos. Ese es un edificio nada más, no es nuestra lucha" . Lo que queremos, agregó es que las riquezas de nuestras tierras mexicanas legítimas de todos los pueblos indígenas y no indígenas, seamos dignos, que nos corresponda la parte que se distribuye" .

La conferencia de prensa ante más de 200 reporteros ávidos de noticias, porque de la reunión entre las partes no se informó gran cosa, la inició el comandante David, quien luego de un saludo pasó el micrófono a su compañero Zebedeo. De entrada, enumeró las causas de su levantamiento armado el primero de enero de 1994, y dijo que su demanda es que la justicia "salga a luz, pero no sólo local sino nacional, así como dicen nuestras siglas, que somos un ejército nacional".

Si los mexicanos han muerto de enfermedades curables es que no hay justicia y por eso todos los mexicanos demandan una vida digna, manifestó.

Nuevamente David tomó el micrófono. Aseveró que la de los indígenas chiapanecos "es la lucha de todos los indígenas de México y no indígenas que piden que acabe la injusticia y la miseria, porque todos queremos una paz digna, no como la de ahora, de hambre y miseria"

Considerado como uno de los mejores exponentes entre la delegación rebelde, David reiteró que "no queremos una paz impuesta con la fuerza de las armas, de los aviones, de los tanques, ni una paz de los sepulcros, sino de justicia social."

Antes había afirmado que "sólo con las armas el gobierno nos puede entender, porque durante años y años estuvimos pidiendo justicia y nunca hubo respuesta." Sin embargo, precisó que si "otros hermanos ven que queda otro camino que no sea el de las armas, estamos dispuestos a seguirlo."

No obstante, reiteró lo que muchas veces el EZLN ha dicho: "Mientras no se acabe el hambre y la miseria, nosotros no dejaremos de luchar."

La conferencia nocturna había acaparado la atención de los periodistas, en contraste con el silencio de la representación gubernamental. La ausencia de la lluvia hacía menos incómoda la espera y luego los discursos de los zapatistas.

Fue entonces cuando tomó el micrófono un encapuchado de baja estatura, presuntamente originario de la región de Ocosingo. Es la primera vez que habla ante los reporteros desde que apareció públicamente en las pláticas del 23 y 24 de abril en este mismo lugar.

Sin rodeos, y con acento indígena muy marcado el comandante Guillermo comentó que esta tarde escucharon una noticia radial en la cual se afirmaba que los delegados zapatistas habían pedido disculpas a su contraparte por haberse adelantado a dar a conocer anoche el resultado de las consultas sobre la propuesta oficial de distensión, que fue rechazada por "las bases zapatistas".

"No es cierto que hayamos pedido disculpas, nosotros no venimos a pedir perdón ante el gobierno. ¡Eso jamás! Ni venimos a hincarnos ante ellos. ¡Eso nunca! Que lo sepa todo el mundo. Eso queremos que lo tengan bien claro, no venimos a arrodillarnos, no venimos a rendirnos, a pedir perdón o disculpas. De eso que se olvide el gobierno. Eso jamás, porque, como ya se dijo, el levantamiento armado en Chiapas y en México es una causa justa que lo motivaron. Como se dijo la vez pasada, nosotros no venimos a rendirnos ni a entregar armas ¡Eso jamás!".

En varias ocasiones, el dirigente reiteró este punto para que "todo el mundo sepa que es mentira que hayamos pedido perdón. Venimos sí, para platicar con la delegación del gobierno para buscar una solución pacifica, de buena manera, no con las armas, a eso venimos, hemos dejado a un lado de hablar con las armas." Guillermo se llevó los aplausos de esta noche.

El jefe de la delegación rebelde, David, volvió a tomar la palabra para exclamar: "A nosotros los indígenas, los pobres, nadie ni nada nos podrá tapar la boca para decir la verdad. Nadie nos podrá atar las manos ni tapar la vista para mirar nuestra situación", en una posible referencia a que la información sobre los avances del encuentro se hagan de manera conjunta.

Aclaró que con tal de encontrar la paz que "todos buscamos, iremos a donde sea necesario para dialogar, porque el Ejército Zapatista no está buscando intereses personales ni beneficios particulares, sino lo que el pueblo pide".

Algunos, añadió, "nos recomiendan que por favor no pidamos cosas grandes al gobierno, no pidamos cosas que no nos van a poder dar. Nosotros no le estamos pidiendo el Palacio Nacional, no le estamos pidiendo que nos entregue todo el poder, nosotros pedimos lo que nos corresponde por derecho y por herencia: justicia, dignidad, libertad, eso es lo que pedimos y defendemos y por esas causas estamos dispuestos a seguir adelante hasta donde sea posible y necesario".

Por último habló Tacho. Sostuvo que "algunos hasta nos quieren decir lo que debemos decir con ustedes (los periodistas). A eso renunciamos, al Ejército Zapatista no le pueden decir lo que debe hacer porque por sí mismo se puede dirigir".

Luego se refirió a lo que su antecesor había expuesto: "Es claro que el Palacio Nacional no va a solucionar la pobreza No lo queremos. No queremos el palacio de la gobernación porque eso no va a parar las muertes. Es un edificio nada más. Esa no es nuestra lucha. Lo que nosotros queremos es que las riquezas de nuestras tierras mexicanas legítimas, de éstas seamos dignos; que nos correspondan las partes que se distribuyen" .

A continuación hizo un repaso de las riquezas naturales que posee México, y agregó: "Estamos tan pobres en un país tan rico. ¡Qué contrariedad a los ojos del mundo que nosotros no tengamos escuelas, no tengamos ni siquiera el sexto grado! A otros países para el gobierno mexicano lo creemos como una vergüenza que no haiga podido hacer eso durante 502 años después de la llegada de los españoles".

Tras advertir que los alzados en armas no van a dejar de hablar la verdad de los hombres y mujeres verdaderos de estas tierras, el indígena tojolabal concluyó: "Sin duda, les decimos que nos quieren atar las manos, que no podamos hablar ni decirles a ustedes la verdad que estamos padeciendo, para decirles que la situación está peor, que hay más y más muertes, más miseria, más descontento, más desempleo. Por eso decimos que nuestra lucha es nacional, para todos los pobres y marginados".