Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

México, 10 de abril de 1995.

A los compañeros insurgentes y milicianos del EZLN:
A las bases de apoyo del EZLN:
Al pueblo de México:
A los pueblos y gobiernos del mundo:

Hermanos:

El día de hoy volvemos a recordar la lucha que nos dio nombre y rostro. Recordamos el día en que la traición mató al general Emiliano Zapata cuando luchaba por la justicia. Emiliano Zapata murió, pero no su lucha ni su pensamiento. Muchos Emilianos Zapata nacieron después y ahora su nombre no es para llamar una persona. Su nombre llama una lucha por la justicia, una causa por la democracia, un pensamiento por la libertad. En nosotros, en nuestras armas, en nuestro rostro cubierto, en nuestra palabra verdadera, Zapata se unió a la sabiduría y a la lucha de nuestros más antiguos antepasados. Unido a Votán, al Guardián y Corazón del Pueblo, Zapata se levantó de nuevo para luchar por la democracia, la libertad y la justicia para todos los mexicanos. Aunque tiene sangre indígena, Votán-Zapata no lucha sólo por los indígenas, lucha también por los que no son indígenas pero viven en la misma miseria, sin derechos, sin justicia para su trabajo, sin democracia para sus decisiones y sin libertad para sus pensamientos y palabras.

El Votán-Zapata es el todos que marcha con nuestra bandera. Votán-Zapata es el uno que camina en el corazón de todos y cada uno de los hombres y mujeres verdaderos. Todos nosotros somos uno en Votán-Zapata y él es uno en todos nosotros.

Los poderosos y sus grandes dineros no entienden por qué Votán-Zapata no muere, no entienden por qué se vuelve y levanta su muerte hecha vida en la palabra de los hombres y mujeres verdaderos. No entienden, hermanos, nuestra lucha. El poder del dinero y la soberbia no pueden entender a Votán-Zapata. Y no pueden porque hay una palabra que no camina en el entendimiento de los grandes sabios que venden su inteligencia al rico y poderoso. Y esta palabra se llama Dignidad y es la dignidad algo que no camina en las cabezas. En el corazón camina la dignidad.

Hoy, el soberbio dice que el indígena no puede ser el Votán-Zapata, que hay paso extraño en su andar. Con el arma de la traición, con palabra dulce y falsa, con la amenaza de su guerra humillante, con mentira quiere el poderoso derrotar y matar para siempre al Votán-Zapata.

Así hizo en 1521, cuando con aceros y mentiras repartieron la muerte y la tristeza entre los naturales de estas tierras. Así hizo en 1919 cuando el plomo y el engaño mató la vida del Votán-Zapata que por tierra y libertad alzó su mano armada. Fracasó el poderoso en 1521, la dignidad se guardó muy dentro del corazón de los indígenas y fue cuidada y cultivada esperando el tiempo de sembrar y crecer. Fracasó en 1919 la traición, la dignidad no murió con la muerte, con la muerte se hizo vida otra vez en el corazón de los hombres y mujeres verdaderos. Hoy, mentira, traición y poder volverán a fracasar. No murió Votán-Zapata. Muchos es y es su paso colectivo en el andar de nuestra palabra. Hoy Votán-Zapata lucha, en el paso del EZLN, por Democracia, Libertad y Justicia.

A nuestra voz de paz justa y digna, la soberbia respondió con la traición y la falsedad. Quiere su palabra de engaño hacer nido en nuestro corazón. No puede.

Dice hoy el poderoso que el indígena es bueno si obedece y malo si es rebelde, que el indígena es bueno si se conforma y malo si lucha, que el indígena es bueno si se rinde y malo si resiste, que el indígena es bueno si sólo se preocupa de sí mismo y malo si piensa en sus hermanos. Por eso quiere acabar con los zapatistas, porque somos indígenas, porque somos dignos, porque somos rebeldes, porque luchamos, porque resistimos, porque luchamos por todos nuestros hermanos mexicanos.

Dice el poderoso que las gentes de piel clara traen malas ideas a los indígenas porque les hablan de lucha contra la injusticia. Que deben morir esas gentes de piel clara por traer malas ideas a los indígenas. Que estaban bien y contentos los indígenas muriendo como mueren de pobreza, que hablando de morir para vivir, las gentes de piel clara traen descontento y desgracia para los indígenas. No saben estos señores del dinero que, cuando un solo color pintaba las pieles de los habitantes de estas tierras, ya se luchaba y peleaba por la verdad. Que la lucha por la democracia, la libertad y la justicia no viene de un color de piel o de una lengua, viene de la tierra, de los muertos nuestros que piden una vida digna para su muerte. Ser indígena hoy es ser digno y verdadero. No es color y lengua el ser indígena, es la gana de luchar y ser mejores.

Votán-Zapata tiene todos los colores y todas las lenguas, su paso anda en todos los caminos y su palabra crece en todos los corazones. Hoy su palabra más grande está en la palabra de los hombres y mujeres verdaderos, de los indígenas que, en el sureste mexicano, levantan su voz y su mano para hablar con palabra grande y verdadera.

Hermanos, todos nosotros somos el Votán-Zapata, somos todos el Guardián y el Corazón del Pueblo. Pueden matarnos, aventarnos a las montañas para apagar nuestra voz, hacer mentiras grandes como cerros para ocultar nuestra verdad. Pero nosotros somos los muertos de siempre, los que mueren para vivir. Nuestra voz seguirá bajando, por muchos y otros caminos, desde la montaña hasta los corazones de todos los hermanos mexicanos. Nuestra verdad no se puede ocultar porque es la verdad de los todos que, apenas hoy, una ventana encontró en la palabra de los hombres y mujeres verdaderos.

Salud, hermanos tzotziles, tzeltales, tojolabales, choles, zoques, mames, mestizos. Salud, hombres y mujeres murciélago. Salud, hermanos zapatistas. Salud, Votán-Zapata, Guardián y Corazón del Pueblo. Aunque doliendo, está alegre nuestro corazón porque callando hablamos, escondiéndonos nos mostramos, sin rostro somos, sin nombre somos nombrados, estando andamos, caminando nos estamos quietos, viniendo vamos, muriendo vivimos.

¡Viva Emiliano Zapata!
¡Viva Votán-Zapata!
¡Vivan siempre los muertos de siempre!
¡Vivan los indígenas mexicanos!
¡Viva el EZLN!
 

¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!

Desde las montañas del Sureste Mexicano, corazón digno de la Patria.

Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General

del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

México, abril de 1995.