A: La Convención Nacional Democrática

Tercera Sesión Plenaria

Querétaro, Qro.

Hermanos:

Les mandamos nuestra palabra para saludarlos en esta Tercera Sesión de la Convención Nacional Democrática. Como en aquella ocasión de principios de agosto de 1994, hoy la Convención Nacional Democrática se reúne en un tiempo histórico que puede ser de cambio democrático o de continuismo autoritario. Hoy, como en esas fechas, millones de mexicanos miran a esta Convención Nacional Democrática con esperanza, con la esperanza de que de ella surja un llamado, claro y definido, de lucha contra el sistema de partido de Estado.

Ayer la mentira política y económica nos hizo aparecer a nosotros, los zapatistas como los "rezagados" de una modernidad excluyente. Hoy el derrumbe de esa mentira nos hace descubrirnos iguales: todos somos los "rezagados" de un sistema político que crea unos cuantos supermillonarios y millones de superpobres, que logra unir la miseria económica y la miseria política, y cuyas labores de gobierno consisten sólo en la distribución masiva de la pobreza, en todo el territorio nacional, a todos aquellos que no forman parte del "grupo dirigente" que se enriquece a costa de la venta de nuestra historia.

Desde finales de 1994, en vísperas de la ofensiva zapatista de diciembre, hicimos un llamado a la CND, para que uniera fuerzas al movimiento democrático que tiene como centro al ciudadano Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, y encabezaran, juntos, la formación de un amplio frente opositor que INCLUYERA a la mayor cantidad y calidad posibles de fuerzas democratizadoras en México. Este llamado zapatista fue ratificado en nuestra III Declaración de la Selva Lacandona. En ésta llamamos a la formación del MOVIMIENTO PARA LA LIBERACION NACIONAL, como llamamos al amplio frente opositor, y a la Convención Nacional Democrática y a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a encabezarlos.

Propusimos en esta III Declaración, tres demandas centrales en torno a las cuales se puede agrupar a este amplio frente de oposición al sistema de partido de Estado:

1. Gobierno de transición a la democracia.

2. Convocatoria a un constituyente y una nueva Carta Magna Federal.

3. Destrucción del sistema de partido de Estado.

Al llamado zapatista por la democracia, el gobierno respondió comprometiendo más todavía la soberanía nacional. Tratando de salir de una crisis que provocó él mismo siguiendo la doctrina neoliberal, el gobierno pretende hipotecar, al gran capital financiero, los recursos de la Nación que por derecho histórico pertenecen a todo el pueblo mexicano.

Las voces en defensa de la Patria se multiplicaron y encontraron un tono digno y justo, en el llamado del ciudadano Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a luchar por un GOBlERNO DE SALVACION NACIONAL, y a exigir al actual gobierno la ruptura total y definitiva con el salinismo.

Como a principios de agosto de 1994, la voz de la Convención Nacional Democrática volvió a sonar fuerte y clara desde el primer día de este año, para exigir un gobierno de transición a la democracia, llamando a la unidad de las fuerzas opositoras al régimen, e incorporando a más ciudadanos y organizaciones sin partido.

El cardenismo, la Convención Nacional Democrática y el EZLN no son las únicas fuerzas que luchan hoy por la democracia en México. Hay muchas fuerzas sociales y políticas que no se incluyen y no se reconocen ni en el cardenismo ni en la Convención Nacional Democrática ni en el zapatismo. Y estas fuerzas sociales y políticas luchan también en contra del sistema de partido de Estado y por la democracia. Ignorar la existencia de estos grupos políticos, culturales y sociales, o peor aún, combatirlos por los viejos métodos de la satanización y la calumnia, es repetir el sectarismo y la intolerancia que tanto se critica cuando se presentan en ambos extremos del espectro político mexicano.

Las fuerzas democráticas en México son muchas y permanecen divididas, aisladas y, en no pocas ocasiones, enfrentadas entre sí. Los zapatistas pensamos que tenemos que unir todas esas fuerzas. Unirnos sin desaparecer nuestras diferencias, hacer homogéneo nuestro afán democratizador y no una sigla partidaria. Unirnos sin subordinarnos unos a los otros. Unirnos sin dejar de existir.

Algunos compañeros convencionistas se han dirigido a nosotros para expresarnos su preocupación por este llamado zapatista al MOVlMIENTO PARA LA LlBERAClON NAClONAL. ¿Se trata de un llamado más? ¿Se trata de otra Convención Nacional Democrática con un nuevo nombre? ¿Se trata de que la Convención Nacional Democrática se diluya en el MOVIMlENTO PARA LA LlBERAClON NACIONAL y desaparezca? ¿Pretendemos subordinar el programa y estructura y plan de la CND a los partidos políticos de oposición?

Para aclarar esto, les escribimos esta carta. Para explicarles lo que nosotros pensamos al hacer el llamado a la creación del amplio frente opositor. Para decirles lo que nosotros creemos que puede ser el trabajo de la Convención Nacional Democrática en esta tarea nacional.

Si el llamado a formar un amplio frente opositor es un llamado más, se verá en la medida en que se forme REALMENTE en torno a un programa y con un plan de acción. No es otra CND con un nuevo nombre. No se trata de desaparecer la CND y diluirla en el Movimiento para la Liberación Nacional. No proponemos subordinar la CND a los partidos políticos de oposición.

Proponemos un frente amplio. Un frente cuyo punto común sea la oposición al sistema de partido de Estado y la lucha por la democracia. Un frente que INCLUYA e incorpore a la mayor cantidad posible de fuerzas con este objetivo común. Un frente por encima de los partidos políticos, por encima de las organizaciones políticas y sociales, por encima de las armas, por encima de las divisiones, por encima de las diferencias. Un frente que, con base en el núcleo democratizador formado por el cardenismo, la CND y el zapatismo, vaya a la cabeza de la lucha por la democracia en México, única salida digna a la crisis económica y social que vivimos... y morimos.

En el país desgobierna el sistema de partido de Estado. Frente, y en oposición a él, hay muchas fuerzas sociales y políticas. Además de los partidos políticos de oposición y de los sin partido, hay muchas organizaciones políticas y sociales que, grandes o pequeñas, difieren en sus métodos, objetivos e historia. Entre éstos están la Convención Nacional Democrática y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Por diferentes caminos buscamos la democracia, la libertad y la justicia.

El amplio frente opositor al que llamamos los zapatistas es el lugar donde todas estas fuerzas encuentran su coincidencia; el reconocimiento del sistema de partido de Estado como el principal obstáculo para alcanzar la democracia, la libertad y la justicia. El reconocimiento de un enemigo común permitirá sumar fuerzas y trazar una estrategia de lucha conjunta.

Tarde o temprano, el sistema de partido de Estado será derrotado, el PRI-gobierno pasará a la vergüenza histórica de Mexico y sólo será una línea en los libros de texto de historia y, tal vez, tema de alguna telenovela que se esfuerce por buscarle algo positivo a su existencia pasada. El amplio frente opositor desaparecerá, los partidos políticos seguirán luchando por el poder, por llevar adelante su propuesta de organización social del país, pero ahora en un sistema equitativo, libre y democrático.

La Convención Nacional Democrática no busca el poder, la CND llegará a ser no una instancia que busque llegar al gobierno o mantenerse en él, sino el lugar donde los sin partido se organizan para exigir al poder, cualquiera que éste sea, el cumplimiento de demandas que unen la aspiración histórica de los mexicanos: democracia, libertad, justicia. La Convención Nacional Democrática ha logrado superar el tropiezo de agosto de 1994 y se afianza, sobre todo en provincia, como frente popular. En torno a la Convención Nacional Democrática se manifiestan muchas fuerzas políticas y sociales que se mantenían aisladas y sin una forma de relacionarse a nivel nacional.

A pesar de la abierta pugna entre los partidos de oposición y las organizaciones políticas más radicales, la CND es hoy, en contra de los deseos del gobierno, una fuerza política nacional.

Al igual que el EZLN, la Convención Nacional Democrática no pretende ser la vanguardia ni tomar el poder. Es, sobre todo, un movimiento que incorpora, en un programa de lucha y con un plan de acción, a sectores sociales por los 13 puntos: democracia, libertad, justicia, vivienda, trabajo, alimentación, salud, educación, tierra, independencia, cultura, información y paz. Los mexicanos que se organizan en la Convención Nacional Democrática son obreros, campesinos, indígenas, empleados, maestros, estudiantes, artistas, intelectuales, organizaciones no gubernamentales, mujeres, jóvenes, empresarios, religiosas, colonos y ciudadanos individuales. A pesar de que, por su clase social y organización política, pueden tener intereses diferentes y, muchas veces, encontrados, todos reconocen que todos tenemos derecho a esos 13 puntos, todos quieren para todos todo.

La Convención Nacional Democrática es, o debe ser, la organización civil y pacífica de los pequeños, la voz de los sin voz, el rostro de los sin rostro, el "¡aquí estamos!" de los siempre olvidados, despreciados y hechos a un lado por las distintas "vanguardias" históricas de este país. La Convención Nacional Democrática es, o debe ser, la organización de la sociedad civil democrática. No de la sociedad civil que, en Tabasco, Chiapas o cualquier suelo de la república, defiende al sistema actual y se opone al cambio. Sí de la sociedad civil que busca, y encuentra, el camino de un futuro que deje de ser un despropósito: un país que tenga, para todos, democracia, libertad y justicia.

Con el amplio frente opositor, el MOVIMlENTO PARA LA LIBERACION NAClONAL, la Convención Nacional Democrática no desaparece, se encuentra con otras fuerzas que quieren el cambio y que, sin olvidar sus diferencias, las hacen a un lado y se ponen de acuerdo en la lucha contra el enemigo común: el sistema de partido de Estado. Nosotros pensamos que esas otras fuerzas con las que se puede encontrar la Convención Nacional Democrática son, a nivel nacional, el cardenismo (que, como ha sido evidente en los últimos días, no equivale a perredismo) y el EZLN. El EZLN pide un lugar dentro de este amplio frente opositor.

Hermanos:

Ahora sólo hacemos dos propuestas al pleno de la Convención Nacional Democrática, todo lo anterior lo pueden prescindir aquéllos que dicen que a última hora damos "línea" y saboteamos los acuerdos que traen los delegados estatales:

PRIMERO. Que la Convención Nacional Democrática acuerde llamar, junto al ciudadano Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a la formación de este amplio frente opositor al que nosotros llamamos MOVIMIENTO PARA LA LIBERACION NACIONAL, pero que puede tener cualquier otro nombre que les guste. Y que la Convención Nacional Democrática acuerde, entre sus tareas principales, trabajar en la formación de este amplio frente opositor.

SEGUNDO. Que la Convención Nacional Democrática reconozca al EZLN como una fuerza política nacional, representativa, en calidad y cantidad, de mexicanos que luchan por la democracia, la libertad y la justicia. Que la Convención Nacional Democrática no haga a un lado al EZLN. Que en la lucha política nacional no nos pidan que esperemos. Que reconozcan nuestras propuestas políticas y sociales a nivel nacional. Que no nos reduzcan a una fuerza regional o indígena. Que no nos vean ya más como los pobrecitos soñadores que pretenden lo imposible: la democracia, la libertad y la justicia para todos los mexicanos. Que no se dirijan a nosotros sólo cuando va a haber guerra o para pedirnos que dialoguemos con el gobierno. Que no olviden que nosotros somos los muertos de siempre, los que mueren para vivir.

Es todo hermanos. Les deseamos que todo salga bien en esta su Tercera Plenaria de la Convención Nacional Democrática. Saludamos a todos sus delegados y a todos los mexicanos que, en todo el país, tienen voz en la voz de ustedes y esperanza en sus decisiones.

Vale. Salud y un buen lapicero para volver a escribir la historia.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General

del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

México, enero de 1995 .