Discurso del Mayor Insurgente Moisés,

1º de enero de 1995.

Queridos compañeros oficiales e insurgentes y las fuerzas

(...) de milicia: Queridos compañeros del Comité Clandestino Revolucionario Indígena:

Queridos compañeros bases de apoyo:

Hoy, primero de enero de 95, nosotros aquí estamos presentes como estuvimos presentes el año pasado: por cumplir lo que nos ordenó nuestro pueblo, lo que salió de su corazón, de su estudio, de su análisis, que la hicieron a nuestro pueblo para que todo el pueblo de México tenga lo que había analizado, lo que necesitaba, lo que le urgía. Y ahora nosotros estamos celebrando el día que nosotros salimos con la conciencia clara y con nuestro corazón firme. Nosotros sabíamos que (...) que era único el camino que nos dejaba el mal gobierno y que nuestra esperanza se había acabado -vino la desesperación, las angustias, por la explotación, la miseria en que sufre nuestro pueblo- y nosotros dijimos que estamos puestos a demostrarles y que se den cuenta de que están explotados, a todos los pueblos de México.

Y por eso un día como hoy, pero en 93, el (año) pasado, las tropas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional salen a la luz: lo que había guardado a lo largo de diez años en su preparación, en su trabajo político con nuestras bases de apoyo. ¿Por qué? Porque nuestro pueblo tiene que entender claro cuál es la causa y el motivo por el cual está uno dispuesto a dar su vida y derramar su sangre, si es necesario. Y nosotros nos dimos cuenta de que fue necesario porque no hay ningún gobierno que escuchó, no hay ningún gobierno que nos vio con sus ojos de que nosotros estamos sumidos a la miseria, a la pobreza, a la injusticia, a la desigualdad.

Y por eso nosotros dijimos ¡Basta! y lo dijo el comandante Tacho, ¡Basta! pero con nuestras armas. Cuando nosotros hablamos frente al mal gobierno, le demostramos con nuestras armas en las manos: no vamos a hablar con palabras, con nuestros fusiles.

Las habladas ya las pasamos años tras años; como dijo el comandante Tacho, la dictadura que ha pasado aquí en este país, claro no se nota como Porfirio Díaz que tardó más de treinta años en el poder, o como Augusto Pinochet, (que) verdaderamente fue dictadura. Pero aquí en nuestro país se cambian de cara. No son iguales la cara de Salinas, la cara de López Mateos, la cara de Gustavo Díaz Ordaz, la cara de José López Portillo y otros mal gobierno que ha pasado aquí en este país. Son títeres que están usados, manejados por los ricos, los que los han dominado por muchos años. Son los que tienen la democracia, la justicia para ellos pero para el pueblo de México, los pobres, como que no existen.

Por eso nosotros dijimos que nosotros somos humanos y estamos vivos y necesitamos comer como ellos comen. Y si es necesario que tenemos que salir con nuestras armas, saldremos. Y es así como nosotros dijimos a nuestros pueblos que ¡Ya basta!, que no puede pasar el año 93 y lo cumplimos.

Y por eso nosotros estamos aquí ahora, sabemos lo que pasó estos días: dos guerras les demostramos al mal gobierno. Culpa del señor que se llama Carlos Salinas de Gortari, porque es culpa, porque nos engañó con el diálogo, nos quiso burlar. Pensaba que nosotros vamos a entregar nuestras armas como si fuera que las recogimos en dondequiera, na'más. Es nuestro sudor, es nuestro sacrificio, fue su molino, fue su par de zapatos de nuestros compañeros del pueblo. Y así que nosotros no (las) vamos a entregar sin que haya la justicia, la libertad y la democracia.

Que lo sepan aquí, todos los miembros que se encuentran por acá, que no vamos a entregar nuestras armas. Nosotros entendemos que no es necesario morirse, derramar nuestra sangre, si es que hay un gobierno que nos escuche, si es que hay un gobierno que sí se preocupa, que sí le interesa solucionar el problema del pueblo, no solucionar el problema de los oligarcas.

Como dijo el comandante Tacho, nuevamente en los combates que hicimos estos días, muchos de nuestros hermanos de nuestro país quieren la paz. Nosotros también queremos la paz, pero una paz con justicia, con dignidad. Ya no queremos 502 años más de parecer que nosotros no existimos, no queremos la guerra (pero) la vamos a seguir si no sale el mal gobierno que es el que está causando, aquí, la rebelión de los indígenas.

Por eso nosotros salimos hace un año, lo que guardábamos: el odio, la rabia contra los que nosotros entendimos que nos explotan. Ya no vamos a permitir más engaños, más promesas. Se ve que el mal gobierno no está interesado en solucionar las demandas de nuestro pueblo. Nos puede decir que para solucionar llevaría años, eso nos pueden plantear. Y si nosotros vamos a preguntar ¿cuánto tiempo le llevó para cambiar todos los cambios que hizo el señor Salinas: la privatización del ejido, el cambio de billetes, el cambio del artículo 27, el Tratado de Libre Comercio? Para arruinar todos a los pobres, eso no le llevó años, meses le llevó para poder llevarse de acuerdo y hacer lo que quiere a su (...)

Y por eso nosotros ahora, que tenemos las armas en nuestras manos, nadie nos las va a quitar. Solamente cuando nos la demuestran de que sí hay solución de nuestras demandas. Aún así pensaremos si se entregan nuestras armas o no, (o si) quedarán a la defensa del pueblo para defender lo que ya logró. Pero nosotros sí estamos puestos, entendemos, no somos asesinos.

Entonces nosotros eso queremos hacer una vez más, de que se dice de hablar con el gobierno, pero también por la demanda del pueblo mexicano de que ya no es necesario dar nuestra vida y nuestra sangre. Lo veremos. Aquí estamos, no nos vamos a un lado, no vamos a dejarnos. Nosotros, cuando habla nuestro pueblo, sabemos escucharlo y nos piden de que aguantemos un momento para que ellos luchen. Nos vamos a hacer a un lado y no nos vamos. Porque sabemos que el mal gobierno no está para que termine, para todos los pobres de México, lo que necesitamos.

Sabemos que también les duele dejar lo que es la riqueza acumulada a lo largo de muchos años, que nos han robado, que nos han engañado. Sabemos también que no es nada sencillo para ellos, no quieren perder sus gozos que han tenido desde sus abuelos y bisabuelos y sus tatarabuelos, la herencia que les han dejado... pero la herencia de engaño y de robo.

Nosotros no es eso lo que queremos hacer, queremos recuperar lo que nos ha robado y lo que nos ha engañado, pero sabemos que no nos (lo) van a entregar a la buena, porque para eso ahí tienen su protector, que se llama el Ejército Federal. Ellos defienden a ese grupo de gobernantes y explotadores, de prometedores que nunca nos cumplen. Ahí está por ejemplo lo que se anunció de que iba a haber un aumento de salario hacia los trabajadores y ahora ¿qué les dijeron? Que con la caída de la bolsa y con la devaluación del peso ya no va a haber el aumento de salario, sí se va a mantener pero se va a subir todos los alimentos básicos y ahí (...). Nos quieren poner la máscara en la cara, pero no lo vamos a permitir. Nosotros lo vamos a decir (...).

Entonces hacemos un llamado a todo nuestro pueblo que también ellos se den cuenta en eso. Si nosotros queremos la paz, la queremos pero con justicia, con dignidad. Nosotros no vamos a dejar que se hable de paz sin que haya la justicia y la dignidad. Por eso les demostramos lo que sucedió estos días. No vamos a dejarnos a que nos burlen, no nos pueden burlar con nuestras armas. Tendrán que hablar nuestros fusiles y si es necesario ahora, hablaremos nuevamente como hablamos en San Cristóbal pero no vamos a permitir que nuevamente nos burlen. Ahí está el ejemplo (...) el señor Zedillo estaba mandando sus mensajeros para la paz mandando (con) su mano derecha, y con su mano izquierda mandando efectivos con helicópteros, tanques, artillería, morteros y llegaron hasta nuestro territorio. Una gran provocación queriendo que se demostrara que nosotros no queremos la paz y que ellos sí. ¿Dónde está el pueblo mexicano que no se da cuenta? Si nosotros hubiéramos hecho eso, (...).

Y así es que entonces nosotros estamos pidiendo y estamos mostrando al pueblo de México, que para que haya paz en nuestro país todos tenemos que dar nuestro granito en la exigencia de que haya paz con justicia y con dignidad. Si no, hay guerra; si no, hay muerte; si no, hay derramamiento de sangre. Eso es lo que va a pasar. Pero nosotros les repetimos de que la paz sí la queremos. Una paz donde haya tranquilidad, donde haya alegría, donde haya (...) Ya no queremos la paz, lo que tantos años nos han dicho, una paz con dolores, una paz con tristeza, una paz con penas, con amarguras, con sufrimiento, sacrificio y hasta la muerte. No queremos ese tipo de paz que nos han dado de esa pobreza y que hablan y que dicen que hay paz, que hay justicia, que hay democracia y que hay libertad en nuestro país. No hay nada en nuestro país. Por eso nosotros nos alzamos en armas y con nuestras armas y con nuestra palabra vamos a hacer que aquí en nuestro país haya la justicia, la libertad y la democracia.

Eso es lo que nosotros salimos a decir y a mostrar el día primero de enero, y como respuesta ahora vamos a continuar el día y la hora en que nosotros la caímos la cabecera municipal de Las Margaritas y lo que sigue ahorita es lo que ya tenemos planeado.