A Proceso, La Jornada, El Financiero, Tiempo
Señores:
Van comunicados con algunas propuestas para discusión en la próxima sesión de la Convención Nacional Democrática (CND). Cuando los revisaba, Tacho me dijo que el problema de la CND es que no han entendido que tienen que hacer una organización nueva, "moderna, como dicen ahora", dice. "Todos quieren dar órdenes pero nadie quiere obedecerlas. En la CND hay puros comandantes y deberían tener subcomandantes, mayores, capitanes, tenientes, milicianos, bases de apoyo. Pero todos quieren mandar sin obedecer. ¿Cómo van a ofrecer algo nuevo al pueblo si hacen puras cosas viejas?", me pregunta. Yo trato de contestar mientras enciendo la pipa, me ajusto las cartucheras y estornudo (todo al mismo tiempo). Tacho no espera a que yo termine tan complicado evento y se contesta él mismo: "Se necesita algo nuevo, moderno. Así como nosotros, pero sin armas y sin pasamontañas". Tacho se va a recoger al resto del Comité que viene a la fiesta que, al Che y a nuestros muertos de siempre, hacemos los zapatistas cada 8 de octubre. Yo sigo concentrado en mejorar mis estornudos cuando llegan el Heriberto y la Eva a que les dibuje un pato con pasamontañas. "¿Con pasamontañas?" pregunto entre un estornudo y otro. "Sí pues" dice la Eva, que a los cuatro años piensa que no necesita más explicaciones. Heriberto, de 3 entrado en 4, es más comprensivo y me mira compasivo cuando me dice: "Dibújelo usté con pasamontañas porque es un pato zapatista pues". "¡Ah!" digo como si entendiera. El pato me quedó como un yelmo y la Eva empieza a hacer pucheros. El Heriberto le dice que no chille, que el Sup les va a contar un cuento mientras él, el Heriberto, arregla el pasamontañas para que le quede bien al pato. La Eva se sienta a mi lado pero toma distancia cuando se da cuenta de que mis estornudos parecen lluvia sobre Aguascalientes. Yo enciendo la pipa, me ajusto las cartucheras y sí, acertó usted, estornudo mientras el viejo Antonio me dicta al oído, para que yo la repita...
La historia de la noche y las estrellas
"Hace muchas noches todo era noche. Era un largo techo de sombra el cielo y era triste el canto de los hombres y mujeres. Los dioses sintieron pena por el triste cantar de los hombres y mujeres y se dieron en reunirse para sacar acuerdo. Porque los dioses siempre sacaban acuerdo para hacer los trabajos, y así aprendieron a hacer nuestros mayores y así aprendimos nosotros. A sacar acuerdo para hacer los trabajos aprendimos. Los dioses sacaron acuerdo de quitar el techo de la noche y que la luz que estaba arriba se cayera toda sobre los hombres y mujeres para que así no estuviera triste su canto de los hombres y mujeres. Y lo quitaron todo el techo de la noche y se vino toda la luz que era mucha, porque era la noche larga y tapaba desde el río hasta la montaña y era mucha la luz que detenía el largo techo de la noche. Los hombres y mujeres se quedaron ciegos porque era mucha la luz y no tenían descanso los ojos y el cuerpo trabajaba siempre porque toda la luz. Y se quejaron los hombres y mujeres por tanta luz que daño les hacía porque eran hombres y mujeres murciélago. Y los dioses se dieron cuenta de que estuvo mal lo que hicieron, porque eran dioses pero no eran tontos y sabían ver si estaba mal su acuerdo y se reunieron otra vez y sacaron nuevo acuerdo de poner otra vez el largo techo de la noche mientras pensaban bien cómo hacer un buen acuerdo. Y tardaron en ese acuerdo y tardó la larga noche y por eso los hombres y mujeres murciélago aprendieron a caminar de noche, sin luz porque mucho tardaron los dioses en resolver la problema del largo techo de la noche. Y ya después que acabaron los dioses de sacar su acuerdo, fueron donde estaban los hombres y mujeres y pidieron voluntarios para resolver el problema. Y dijeron los dioses que los voluntarios serían pedacitos de luz que salpicarían en el techo de la noche para que no fuera tan larga la noche. "Serán estrellas" dijeron los dioses. Y todos los hombres y mujeres dijeron que eran voluntarios porque todos querían ser estrellas y ya no querían ser hombres y mujeres murciélago, y todos y todas se hicieron estrellas y lo hoyaron todo el techo de la larga noche y ya no quedó ni un pedacito bueno del techo de la noche y todo era otra vez pura luz y la problema no se terminaba y era peor porque ya se había roto todo el techo de la noche y ya no había cómo tapar la luz que se caía por todos lados. Y los dioses ya no se dieron cuenta porque ya estaban dormidos muy contentos que ya lo habían resuelto la problema y no tenían pena y por eso se durmieron.
Y entonces los hombres y mujeres murciélago tuvieron que resolver ellos solos problemas que ellos y ellas mismos habían hecho. Y entonces hicieron como los dioses y se reunieron para sacar acuerdo y vieron que no sirve si todos quieren ser estrellas, que para que unos brillen deben apagarse otros. Y entonces se armó una gran discusión porque nadie quería apagarse y todos querían brillar y ser estrellas. Pero entonces los hombres y mujeres verdaderos ‑los de corazón de color de la tierra, porque el maíz viene de la tierra- dijeron que ellos se apagarían y entonces se apagaron y así quedó cabal la noche porque había negro y había luz y así es como las estrellas pudieron brillar gracias a las que se apagaron, que si no todavía estaríamos ciegos. Y los dioses se despertaron y vieron que había noche y había estrellas y que era bonito el mundo así como lo habían hecho y se fueron y ellos lo creyeron que ellos, los dioses, habían resuelto la problema. Pero qué va a ser así, fueron los hombres y mujeres que sacaron buen acuerdo y lo cumplieron. Pero los dioses no lo supieron porque estaban dormidos y se fueron pensando que ellos lo habían arreglado todo, pobrecitos que nunca lo supieron cómo llegó cuando nacieron las estrellas y la noche que son el techo de los hombres y mujeres verdaderos. Y así está la historia: algunos tienen que estar apagados para que brillen otros, pero los que brillan lo hacen por los apagados. Que si no, pues nadie brilla. "
Heriberto terminó, dice él, de arreglar el pasamontañas del pato zapatista. La hoja en la mano de Heriberto es una gran mancha negra. La Eva empieza a hacer pucheros porque ya no hay pato ni pasamontañas ni nada. Pero el Heriberto ya lo está convenciendo de que su dibujo es mejor que el del Sup. "Pero no se mira nada pues", dice la Eva. "Es que el pato zapatista anda de noche, por eso no se mira", dice el Heriberto y se lleva a la Eva para demostrarle que su pato si flota en el charco de Aguascalientes, no como el del Sup que le puso fierro en la cabeza y seguro no puede flotar. Pobre patito del Sup. Eva opta por seguir al Heriberto y se van los dos a probar los argumentos acuáticos del Heriberto. Yo me quedé estornudando, qué otra cosa podía hacer.
Vale. Salud y que la noche tenga de todo, como debe.
Desde las montañas del sureste mexicano
Subcomandante insurgente Marcos.
P.D. moderna. Antes de imprimir esto vino Tacho a decirme: "Dígales a los de la Convención que si quieren les damos un curso de formación política, o sea un curso de cómo se hace una organización nueva, moderna". Luego se queda pensando y me pregunta: "¿Usted cree que esos cabezas grandes van a aceptar que les demos un curso?". Yo respondí con un estornudo. "Bueno pues póngalo Usted en un agregado que se vengan a que les demos un curso". Se fue el Tacho a hablar con el delegado de la Cruz Roja. Yo me escondí porque el Heriberto viene ahora a que le dibuje un pavorreal con pasamontañas. Un estornudo me delató...
P.D. que aprende de errores anteriores. El pavorreal zapatista me quedó muuuy bonito. Le puse yelmo de estambre, le dibujé un salvavidas y le adapté un par de tanques de buceo por si el Heriberto encuentra otro pretexto para hundir mi pato. Dicen que el Aguascalientes zarpa de nuevo el 12, 13, 14 y 15 de octubre. Nos proponemos invadir España. La bronca es que sigue la lucha de tendencias en el Ezetaelene: unos quieren desembarcar en el puerto de Palos y otros en las islas Canarias. Yo les dije que Haití queda más cerca y ahora están de moda las invasiones "pacíficas". Como quiera zarpamos en fecha señalada. Están invitados. Traigan pañuelos porque.. ¡aaaa chú! Gracias (suspiro).
P.D. que reitera su fracaso. El Heriberto lo miró el pavorreal que le dibujé y me dijo: "¿Acaso va a servir su pavorreal? Acaso no miró usté' que ya está muy chiquita el agua y con tanta mugre que lo puso al pavorreal se va a quedar atorado en el lodo y se va a morir porque no va a poder comer y la Eva se va a llorar y entonces sí..." Después el Heriberto me dice al oído que no me preocupe yo, que ahorita no está la Eva, que él, el Heriberto, lo va a arreglar el pavorreal para que la Eva no se vaya a llorar. Yo estornudé. El Heriberto se da por satisfecho con mi respuesta y se va a arreglar el pavorreal. El Tacho viene a decirme que a partir del 8 de octubre, el hospital de Solidaridad se llamará "Hospital Campesino General Emiliano Zapata-Che Guevara". Un nombre tan grande como el peso que llevamos en las espaldas...