INFORME DE MARCOS

 

No vengo preparado.

Por mi voz habla la voz del Comité Clandestino Revolucionario Indígena, Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, para informar al pueblo de México y a los pueblos y gobiernos del mundo; a la prensa nacional e internacional, de lo ocurrido en la mesa del Diálogo para la Paz en nuestro estado.

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional presentó ya el pliego petitorio o el pliego de demandas por las que el día primero de enero de 1994 se alzó en armas con la llamada Declaración de la Selva Lacandona.

El comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas, licenciado Manuel Camacho Solís, recibió y escuchó con atención y paciencia nuestras demandas y la explicación que le hicieron los compañeros delegados del Comité Clandestino.

Posteriormente presentó él un documento de respuesta a nuestras demandas, las que se pueden resolver en la mesa de San Cristóbal, porque estamos claros él y nosotros que hay demandas que presentamos que rebasan con mucho la mesa de San Cristóbal y tienen un nivel nacional.

El Comité Clandestino Revolucionario Indígena ha analizado parte del documento de respuesta del comisionado, y digo parte porque recuerden ustedes que nuestro Comité es pluriétnico, o sea que tenemos que estar traduciendo a los distintos dialectos que lo componen.

Podemos decir, aunque faltan todavía problemas de redacción, que nuestras demandas han recibido respuestas satisfactorias en los siguientes puntos hasta ahorita:

En lo referente a las demandas de salud, de educación, de información veraz y oportuna, de vivienda, de respeto a la cultura, a la tradición, a los derechos y a la dignidad de los pueblos indígenas en México. El resto de los puntos de nuestro pliego petitorio está todavía en estudio y en traducción para los compañeros del Comité. Pero en eso hemos llegado ya a acuerdos fundamentales con el comisionado.

El Comité me pide, me ordena que me dirija a ustedes para explicarles su posición respecto al diálogo y a la paz:

Cuando el primero de enero de 1994 llega la guerra a las cabeceras municipales de Ocosingo, Altamirano, Las Margaritas, Chanal, Oxchuc, Huixtán y San Cristóbal de las Casas, esa voz que llega a declarar la guerra en estas cabeceras municipales viene desde muchos poblados.

Lo que quieren que entiendan ustedes, lo que pide el ejército zapatista que entiendan ustedes, es que así como democráticamente se decidió la guerra, necesariamente la paz va a tener que seguir el mismo proceso de decisión democrática. Ellos quieren que les explique que la capacidad de decisión que tienen es la misma que les marca la estructura democrática de toma de decisiones dentro del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

O sea que no podemos, ni ellos ni yo, tomar ninguna iniciativa personal respecto a ninguno de los acuerdos a que se lleguen en esta mesa de Diálogo para la Paz. Con esto quiero decir que los compañeros tienen que cumplir las demandas que los compañeros les hicieron para que pudieran venir al diálogo, tienen que obtener una respuesta satisfactoria y de ninguna manera pueden decidir nada.

Tienen que regresar a sus regiones, tienen que regresar a sus comunidades, exponerles a los compañeros y a las compañeras la propuesta que han recibido en los puntos que originaron nuestro movimiento el primero de enero de 1994. Y las comunidades van a responder sí o no, y según el acuerdo de la mayoría será la respuesta, sí o no, finalmente en esta mesa de diálogo.

Quiere decirles que va a tener dos procesos: inicialmente llegaremos a una serie de acuerdos, pero no pueden ser definitivos. Ahí se va a suspender la mesa del diálogo, los compañeros van a ir a sus comunidades, van a consultar con los pueblos y regiones y van a regresar otra vez, si es que es posible o a donde se diga, si es aquí en San Cristóbal o en otro lado, ahora sí ya con la respuesta de todo el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Ellos quieren que entiendan, el país, que si la guerra se decidió en esa forma democrática, la paz no puede hacer menos que seguir el mismo camino para que sea verdadera, si es que se llega a ella.

Entonces los compañeros me piden que les explique esto. Los compañeros que son nombrados delegados están nombrados por cuatro grupos de comités clandestinos revolucionarios indígenas, que controlan cuatro etnias principalmente. Son ellos los que mandan y a su vez tienen que preguntarle a las distintas regiones; las regiones tienen que preguntarle a los poblados; en los poblados se reúnen los hombres, las mujeres y los niños, y deciden, según la información que tienen, qué camino van a seguir.

Luego viene el camino inverso: los pobladores les dicen a sus encargados de comunidad que vayan a la reunión regional; éstos les dicen a los que se reúnen en regional; la regional le dice al Comité Clandestino de esa etnia y ésa le dice a su delegado cuál es la respuesta. Es un proceso algo complicado pero lógico para nosotros, lógico para el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y es el que nos hace invencibles en todo caso.

Mientras nosotros respetemos el acuerdo y razón de nuestras gentes, nada nos podrá destruir; si lo traicionamos o seguimos otro camino, o empezamos a tomar acuerdos sin consultarlos, igual no tendremos ninguna autoridad de ningún tipo sobre ellos. Eso es lo que nosotros queremos explicarles para que traigan más rollos para cámara, casetes o pidan un adelanto para los hoteles o lo que tengan que hacer, porque va a tardar esto. No es tan rápido como pudieran pensarlo.

Pero me piden también que les diga claramente que hasta ahora hemos recibido del pliego petitorio respuestas serias, algunas les digo que han sido ya aprobadas por estos delegados, falta que lo aprueben las comunidades, y otras falta que las estudiemos y las consultemos con un equipo de asesoría jurídica que nos ha facilitado el comisionado nacional de mediación.

Esto es lo que les queríamos decir el día de hoy. Mañana seguiremos hablando con los medios de radio, de televisión, de prensa, porque hemos recibido muchas solicitudes de hablar con nosotros. Entonces los estamos acomodando de por sí en el horario del diálogo para poder hablar con todos.

Muchas gracias.

-Pregunta: (Inaudible).

-Respuesta: Va como la cuarta parte.

-Pregunta: (Inaudible).

-Respuesta: Lo que nosotros les pedimos es que respeten el ritmo del diálogo. Los compañeros no entienden la prisa que pueden tener ustedes u otros; no digo ustedes en concreto, la que puede tener otro mundo por ver ya resultados. Ellos siguen un proceso de reflexión, de entendimiento de lo que están recibiendo, porque en ellos se está jugando algo muy importante: es su existencia como seres humanos dignos o volver a la misma historia de antes.

Entonces ellos están tomando las cosas con calma, no sé cuánto les vaya a tomar porque yo estoy subordinado a ellos, a lo que ellos me dicen. Ahorita va la cuarta parte, a lo mejor la que sigue va a tomar más días o menos días, o tal vez en horas se resuelva. Pero ellos piden que se respete el ritmo para la paz, así como se respetó el tiempo en el que ellos decidieron la guerra.

Gracias otra vez, de nuevo. No hay más preguntas.

 

(23 de febrero de 1994)